El hecho de que las autoridades turcas no garanticen el suministro adecuado de agua a las zonas controladas por los kurdos en el norte y este de Siria está comprometiendo la capacidad de las agencias humanitarias para preparar y proteger a las comunidades vulnerables a la pandemia del COVID-19, expresó hoy Human Rights Watch. Las autoridades turcas deberían hacer todo lo posible para reanudar el suministro de agua a través de la estación de bombeo de Allouk.
Turquía y las fuerzas respaldadas por Turquía tomaron el control de la estación de agua de Allouk durante la ofensiva turca en el noreste de Siria en octubre de 2019. La estación, ubicada cerca de la ciudad de Ras al-Ain (Serekaniye), provee a 460,000 personas en la gobernación de Heseke, y a tres campamentos de refugiados. Las organizaciones de ayuda han dicho a Human Rights Watch que las autoridades turcas han interrumpido el bombeo de agua varias veces desde el comienzo del año, y que la última interrupción fue el pasado 29 de marzo.
Michael Page, subdirector de Oriente Medio de Human Rights Watch, indicó que "En medio de una pandemia global que está afectando a los sistemas e infraestructura de los gobiernos más sofisticados, las autoridades turcas han estado cortando el suministro de agua a las regiones más desfavorecidas en Siria", agregó que "Las autoridades turcas deberían hacer todo lo posible para reanudar de inmediato el suministro de agua a estas comunidades".
Las autoridades locales y los grupos humanitarios en el noreste de Siria indican que se enfrentan a inmensos obstáculos para poner en marcha un plan de prevensión contra el COVID-19. No pueden llevar suministros adicionales a la región porque la frontera con la región de Kurdistán en Irak está cerrada. El cierre, por partes del Consejo de Seguridad de la ONU, del cruce de al-Yarubiyeh para el suministro transfronterizo en enero, debido a la amenaza de un veto de toda la resolución por parte de Rusia, también ha afectado los suministros. El paso Al-Yarubiyeh es utilizado principalmente por la Organización Mundial de la Salud para proporcionar suministros al noreste de Siria.
Las agencias de ayuda expresaron que debido a las limitadas opciones con que cuentan, han dado prioridad a crear conciencia sobre las prácticas de cuidado e higiene, como el lavado de manos. Sin embargo, las interrupciones repetidas en el suministro de agua cortan incluso la posibilidad de alentar esta medida.
Turquía dice que las autoridades en control de al-Mabroukeh y la presa de Tishreen no han podido proporcionar electricidad a la estación de bombeo de agua y a la ciudad de Ras al-Ayn controlada por Turquía, pero los trabajadores humanitarios por el contrario, detallaron que al-Mabroukeh no sirve a la estación de bombeo y que sigue habiendo suficiente electricidad para operar la estación de agua. Human Rights Watch ha documentado previamente el desvío discriminatorio de ayuda y servicios esenciales por parte del gobierno sirio. Todas las partes deben asegurarse de no bloquear los servicios esenciales para las poblaciones necesitadas, demandó Human Rights Watch.
La estación de agua de Allouk proporciona suministros de agua a las poblaciones que ya se consideran vulnerables, incluidos los campamentos de al-Hol y Areesheh, que albergan a decenas de miles de sirios, iraquíes y extranjeros que vivían en áreas que anteriormente eran propiedad de ISIS. Human Rights Watch ha documentado las terribles condiciones en estos campamentos , que incluyen el desbordamiento de letrinas, el goteo de las aguas residuales en las tiendas destrozadas y los residentes que beben agua de lavado de tanques que contienen gusanos. Es probable que estas condiciones se exacerben con el corte del suministro de agua, y solo pondrán a la población en mayor riesgo de contraer coronavirus.