REPRESIÓN CONTRA MUJERES EN IRÁN
El Comité de Asuntos Exteriores del Movimiento de Mujeres Libres Yazidíes (TAJÊ) ha enviado una carta a la Organización Europea por los Derechos de la Mujer y al Movimiento Religioso Chií iraquí para protestar por la pena de muerte impuesta a las activistas por los derechos de la mujer Warisha Moradi, Pakshan Azizi y Sharifa Mohammadi.
La carta decía: «A lo largo de la historia de la humanidad, los pueblos siempre han sido objeto de opresión, injusticia y violaciones de derechos por parte de los gobernantes. Durante 5 mil años se ha utilizado todo tipo de violencia contra los oprimidos, especialmente las mujeres, con una mentalidad machista, nacionalista, racista y sexista.
No cabe duda de que existen muchos métodos para matar, uno de los cuales es la ejecución. El régimen iraní ha venido aplicando un sistema de ejecución de personas. Los objetivos son las mujeres, así como las comunidades kurda, persa, baluch, azerí, árabe y otras. El Estado iraní se autodenomina Estado islámico y habla en nombre de la democracia y la igualdad, pero ha dejado de ser un sistema islámico para convertirse en un sistema de ejecución.
En Irán hay mucha opresión y violencia contra las mujeres. La prisión de Evin, en Irán, se ha transformado en una cárcel donde se tortura, destruye y asesina a mujeres ante los ojos del mundo».
Silencio contra la opresión
La carta, que menciona que el régimen iraní ejecutó al menos a 831 personas, según los registros oficiales, en 2024, decía: «Se está ejecutando a personas sin juicio previo. Esta situación no tiene cabida en el Islam ni en la legislación sobre derechos humanos. Sin embargo, las comunidades internacionales guardan silencio ante esto y no adoptan ninguna postura».
La carta, que hacía referencia a la condena a muerte dictada contra el periodista kurdo Pakshan Azizi y la activista de la sociedad civil Sharifa Mohammadi, continuaba: «El régimen iraní ha anunciado recientemente la decisión de ejecutar a la defensora de los derechos de las mujeres kurdas Warisha Moradi. Quieren silenciar la lucha de una mujer libre y de una sociedad libre ejecutándolas. ¿Defender los derechos es un crimen? TAJÊ no acepta la pena de muerte, vemos el dolor y la lucha de las mujeres en Kurdistán y Kurdistán Oriental. Decimos que hay que poner fin a este sistema de ejecución, y que esta decisión debe ser levantada inmediatamente para construir una vida libre y democrática».
TAJÊ concluyó su carta diciendo: «Pedimos el fin de este sistema de exclusión y hacemos un llamamiento a la comunidad internacional para que asuma la responsabilidad de defender los derechos de las mujeres y oponerse a la injusticia».