Una intersección en Livorno que lleva el nombre de Mahsa Amini
Una intersección en Livorno lleva el nombre de Mahsa Amini, quien fue asesinada por las fuerzas iraníes en 2022.
Una intersección en Livorno lleva el nombre de Mahsa Amini, quien fue asesinada por las fuerzas iraníes en 2022.
Con motivo del 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en Livorno (Italia) la intersección de Via del Risorgimento y Via Don Bosco recibió el nombre de la mujer kurda Jina Mahsa Amini, asesinada bajo custodia policial en Teherán el 16 de septiembre de 2022.
Los mensajes transmitidos en la ceremonia enfatizaron que todos deben asumir la responsabilidad de construir una sociedad más justa.
Los representantes de la Media Luna Roja Kurda Heyva Sor a Kurdistanê que asistieron a la ceremonia dijeron: “Nos gustaría agradecer al Ayuntamiento de Livorno, al alcalde Luca Salvetti y a todos los que contribuyeron a esta iniciativa. Seguiremos apoyando cualquier iniciativa que promueva la libertad, la justicia y los derechos humanos”.
En otoño de 2022, la muerte de la kurda Jina Mahsa Amini desencadenó las protestas más graves de la historia de la República Islámica de Irán hasta la fecha. La mujer de 22 años de Saqqiz estaba de visita en Teherán cuando fue detenida por los guardias morales por presuntamente violar el código de vestimenta. Poco después, murió bajo custodia policial. Según su familia, Amini fue arrastrada a la fuerza a un furgón policial y llevada a una comisaría, donde se desplomó y entró en coma como consecuencia de los golpes recibidos. El 16 de septiembre de 2022, los médicos de una clínica de Teherán declararon muerta a Amini.
La muerte de Jina Mahsa Amini desencadenó la revolución nacional "Jin, Jiyan, Azadî" ("Mujer, Vida, Libertad"), en la que las mujeres estuvieron a la vanguardia. La generación más joven, en particular, salió a la calle durante meses contra las políticas represivas de la dirigencia islamista. El aparato estatal reprimió violentamente las manifestaciones; más de 550 personas murieron y otros manifestantes fueron ejecutados. Además, más de 22.000 personas fueron detenidas. Los grupos de derechos humanos afirman que el gobierno iraní utiliza la pena de muerte para reprimir la protesta pública.