Siete años de la masacre de Roboski

El 28 de diciembre de 2011, 34 personas, entre ellas diecinueve menores de edad, murieron a consecuencia de un bombardeo turco. Las familias de las víctimas siguen exigiendo justicia y verdad.

En el pueblo de Roboski, situado en el distrito de Uludere en Sırnak, la vida cambió por completo y de forma irreversible hace hoy 7 años.

Aviones de guerra de las Fuerzas Armadas turcas bombardearon a un grupo de personas el 28 de diciembre de 2011. Eran comerciantes transfronterizos, civiles que intentaban ganarse la vida como lo habían hecho durante generaciones, a través de una frontera que no querían y que estaba definida por los poderes hegemónicos (la mayoría de ellos extranjeros), por intereses económicos y políticos.

Han pasado siete años y las mujeres y los hombres de Roboski siguen exigiendo justicia y verdad. Hasta ahora, se les han negado ambas. Sin embargo, nunca se han rendido y no importa cuántas bofetadas reciban; siguen adelante, más decididos que nunca.

Porque la justicia y la verdad no pueden ser enterradas.

Todo el pueblo estaba relacionado de una u otra forma con las 34 personas que perdieron la vida. Eran hijos, primos, padres, amigos, hermanos…

La búsqueda de justicia ha sido larga y sigue llena de obstáculos.

El expediente preparado por la Fiscalía General de Uludere sobre la masacre se envió entonces a la Fiscalía General del Estado Mayor.

Luego, el archivo llegó al Tribunal Constitucional (AYM), donde fue rechazado por “falta de documentos”.

El expediente, de 281 solicitantes, se envió entonces al Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH).

El TEDH, después de 2 años, rechazó la solicitud diciendo que no se habían agotado todos los procesos locales.

Temelli, del HDP: “Fueron asesinados por ser kurdos”

Hablando ahora hace unos días, el copresidente del HDP, Sezai Temelli, dijo: “Fueron asesinados por ser kurdos. Las identidades de quienes mataron a estas 34 personas, de quienes dieron la orden, permanecen en secreto. Sólo apareció un culpable: los aviones de combate. En cambio, quienes han exigido justicia para Roboski han sido arrestados y encarcelados. Nuestro querido diputado Ferhat Encü sigue encarcelado. El monumento de Roboski ha sido retirado. Tahir Elçi, el abogado del caso, fue asesinado. La asociación establecida por las familias de Roboski se prhibió por medio de un Decreto. Roboski ha sido presentado como un error inevitable. Incluso se felicitó al Jefe del Estado Mayor del período. 34 kurdos fueron asesinados. Si olvidamos a Ferhat Encü, nuestro corazón se secará. Y pediremos cuentas por esto”.

La represión golpea a las familias

La represión de los kurdos por parte del gobierno del AKP ha sido una realidad cotidiana desde que el partido llegó al poder, y tiene varias y diferentes formas.

En el caso de las familias que buscan justicia y verdad, hay un patrón de hostigamiento sistemático. Está dirigido a desalentar y reprimir a los seres queridos de quienes ya pagaron un precio muy alto a manos del partido gobernante del AKP.

Después de ordenar la masacre de Roboski el 28 de diciembre de 2011, el gobierno del AKP hizo un gran esfuerzo para asegurarse no solo de que la masacre estuviera cubierta, sino también de que las familias de los 34 civiles masacrados no recibieran justicia.

La represión hacia los familiares de las víctimas comenzó casi inmediatamente después de la masacre. Después de un medio intento de comprar a las familias, el gobierno, al ver que no tuvo éxito y que las familias exigían justicia, comenzó a hostigar lenta pero constantemente a varios familiares.

No estaría lejos de la verdad decir que casi todos los familiares de las víctimas fueron detenidos en algún momento. Algunos fueron puestos bajo custodia policial y encarcelados, otros aún están en prisión (como el caso del diputado del HDP por Sirnak, Ferhat Encü).

Cuando la ley está bajo el control del partido gobernante

La Asociación de Paz Roboski (Roboski-Der), que fue fundada en 2013 por las familias de las víctimas, fue cerrada el pasado año por medio de un Decreto Ley.

La familia de Şivan Encu, quien perdió la vida bajo las bombas cuando tenía tan sólo 16 años, es una de las familias que buscan justicia.

De igual modo que otras madres que quieren encontrar a los responsables de la muerte de sus hijos, Hediye Encu no siempre puede llevar la carga de 7 años de luto y dolor. Acaba de perder a otro hijo, Sinan, de 19 años de edad, en un accidente de tráfico. Hediye ha asegurado que no han vivido un solo día agradable después de la masacre. “Los responsables pueden estar seguros”, dijo, “de que nunca olvidaremos la masacre, por lo que siempre iremos tras ellos”.

Kadriye Encu, quien perdió a su hijo Hamza en la masacre, dijo: “Todavía seguimos en pie. Continuaremos nuestra Vigilia hasta que se haga justicia”.