El periódico más antiguo de Dinamarca, Berlinsgke, publicó ayer un artículo denunciando las prácticas de las autoridades turcas. La base del artículo ha sido una llamada falsa al presidente Erdogan.
A petición de los editores, una persona que habla turco, llamó al centro de comunicación de la oficina presidencial turca y afirmó que quería denunciar a simpatizantes del PKK viviendo en Dinamarca y participan en manifestaciones. Su interlocutor señaló que una queja verbal no puede ser aceptada y le pidió que realizara un escrito. El escrito iría también para informar a la policía antiterrorista.
El trabajador de la oficina de Erdogan también le requirió los nombres: “Si no nos das los nombres, estas personas podrán entrar y salir de Turquía libremente, pero si nos los das, claro está, serán arrestados cuando entren en Turquía. Pero no podemos hacer nada sin sus nombres”.
Según Berlingske, la persona de la oficina presidencial dijo que las denuncias estaban llegando por toda Europa. Sin embargo, las investigaciones solo se podían hacer por Internet. También es importante resaltar que el funcionario pidió información sobre con que asociaciones están en contacto las personas, así como sus direcciones e sobre el tipo de apoyo que dan al PKK. Esta información, dijo el funcionario, sería trasladada directamente a los servicios de inteligencia turcos.
El hombre del periódico preguntó si les pagarían por las denuncias. El funcionario le respondió que desconocía si así sería.
Cuando el funcionario fue preguntado sobre si también se podía denunciar a menores, éste respondió que no hay límites de edad. Finalmente, el supuesto denunciante preguntó que podía hacer él sobre los simpatizantes del PKK activos en Dinamarca: “Les puedes denunciar a la embajada de Turquía, si son ciudadanos turcos, se harán los arreglos necesarios”.
Según el periódico, el ministro de asuntos exteriores danés, Jeppe Kofod, se mostró indignado por los esfuerzos para promover denuncias y anunció que convocaría al embajador turco. Asimismo, el ministro manifestó que trataría el tema directamente con su homólogo turco, Mevlüt Çavuşoğlu.