Un grupo de activistas kurdos comenzaron ayer una acción de desobediencia civil en la oficina de Amnistía Internacional en Londres para protestar por el régimen de aislamiento de Öcalan. Seis personas comenzaron una huelga de hambre en la oficina de AI mientras que otro grupo les apoya, tanto al interior como en el exterior de la oficina.
La protesta ha sido organizada por la Asociación Cultural de Trabajadores Migrantes (GIK-DER) y la Asamblea Popular Kurda. Las conversaciones entre los activistas y los representantes de AI no han producido resultados por ahora ni llegado a ningún acuerdo.
Cuatro personas, en representación de los activistas, se han reunido con el encargado de asuntos turcos de AI y le han informado acerca de los abusos experimentados por los presos en Turquía y le han expresado que el silencio de AI es inaceptable.
El grupo también ha entregado un dossier con todos los detalles acerca de los abusos y el régimen de aislamiento de Öcalan, haciendo un llamamiento a la organización, que hasta ahora se ha mantenido en silencio, para que asuma su responsabilidad y emprendan acciones concretas a favor de los miles d presos en huelga de hambre indefinida que exigen el fin del aislamiento, y cuyas condiciones de salud han traspasado el umbral y han entrado en una fase crítica. Algunos presos han sido represaliados por su acción y puestos en confinamiento solitario.
Durante la reunión de una hora, los activistas kurdos han pedido a AI que emita un comunicado condenando el aislamiento de Öcalan. Cuando su petición no ha recibido una respuesta satisfactoria, los seis activistas anunciaron que emprendían una huelga de hambre en la propia oficina de AI.
Unidades policiales se desplegaron en la zona tratando de impedir que las personas que apoyaban la acción pudiesen entrar en el edificio. Los activistas se enfrentan a duras presiones pero se mantienen decididos a continuar su acción.
Los dirigentes de AI han cerrado los baños del edificio y están tratando, junto con la policía, impedir que los activistas reciban ayuda del exterior como agua y otros elementos básicos, para que los activistas pongan fin a su protesta.