El terremoto que sacudió Kurdistán del Norte, Turquía, Siria y el norte y este de Siria, dañó escuelas, edificios, conducciones de agua y alcantarillado.

Una de las regiones afectadas por el seísmo es la del Éufrates. Sólo en Kobanê resultaron dañadas 13 escuelas y depósitos de tratamiento de agua potable. La capacidad de la planta de tratamiento situada al oeste de la ciudad es de 480 metros cúbicos y 50.000 residentes de 18 pueblos beben su agua.

En el examen realizado por la Administración autónoma se determinó que no se podía suministrar agua a 18 aldeas tras los daños causados por el terremoto. La instalación, que había quedado dañada tras ser blanco de los mercenarios del ISIS con cohetes y artillería en 2014, necesita ahora ser reparada debido a los daños sufridos en el terremoto.

El copresidente de la Dirección de Aguas de la Región del Éufrates, Mesud Bozi, declaró a ANHA: "Si no tomamos medidas rápidamente, los 50.000 residentes de los 18 pueblos que toman agua de la estación se enfrentarán a un problema muy grave."

Bozi prosiguió: "La instalación es muy antigua y debe repararse cuanto antes. Los habitantes necesitan agua urgentemente. Ahora llevamos agua a estos pueblos en camiones cisterna. Pero parece claro que hay que construir una nueva instalación para suministrar agua ininterrumpidamente a la región".

Bozi declaró: "No sólo se vieron afectadas las zonas rurales del oeste de la ciudad, sino que algunas redes de agua del cantón de Kobanê también resultaron dañadas y están siendo reparadas con nuestros limitados recursos".