El número de muertos en el gran incendio del norte del Kurdistán asciende a 14, en tanto que otras dos personas han sucumbido a sus heridas. Los habitantes de los pueblos acusan a las autoridades turcas de negligencia y retraso en la intervención.
El número de víctimas mortales del incendio declarado en una zona rural entre las provincias de Mardin y Amed (Diyarbakir) ha aumentado a 14. Fadil Demir murió de sus graves quemaduras en un hospital de Amed durante la noche y ha sido enterrado en el pueblo de Yücebağ (Kelekê), en el distrito de Mazıdağı en Mardin. La mayoría de las víctimas proceden del pueblo, donde ayer fueron enterradas nueve personas en un funeral multitudinario. Las otras víctimas de Yücebağ fueron identificadas como Rezan Yılmaz, Azat Yılmaz, Mazher Demir, Nuri Demir, Taliha Demir, Hasan Demir, Şeyhmus Demir, Resul Yılmaz y Sinan Deviren.
Las otras cuatro víctimas son del distrito de Çinar (Xana Axpar) en Amed. Kerime Erdenli, de Yazçiçeği (Helberê), murió en el hospital. İsmail Yardım fue velado en el mismo pueblo, y Ubeydullah Buğdaycı y Abdurrahman Buğdaycı fueron enterrados en el pueblo de Köksalan (Tobinî).
El incendio que se declaró el jueves por la noche fue causado por un cortocircuito en un poste eléctrico. Los habitantes de los pueblos afectados acusan a las autoridades turcas de negligencia y retraso en la intervención. El tendido eléctrico se instaló en 1987 y nunca recibió mantenimiento. Los helicópteros no sobrevolaron la zona, de difícil acceso para los vehículos, hasta el viernes por la mañana, cuando por fin se había controlado el incendio. Decenas de personas resultaron heridas y al menos cinco siguen en estado crítico. Cientos de animales también han sido víctimas de las llamas y toda la vida en una amplia zona ha quedado destruida.
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