Después del ataque del 17 de julio en el restaurante Huqqabaz en Hewler (Erbil) contra los empleados del MIT (Agencia de Inteligencia Nacional) de Turquía que dejó tres personas muertas, las fuerzas de seguridad del Partido Democrático del Kurdistán (KDP) cerraron todos los caminos dentro y fuera del Makhmur. El campamento, que ha estado rodeado y bajo un estricto embargo desde entonces.

Durante más de dos meses, las fuerzas de seguridad del partido gobernante del Kurdistán del Sur, KDP, mantuvieron el campamento de refugiados de Makhmur bajo bloqueo e impidieron que la población abandonara el campamento. Debido al embargo, la atención médica en el campamento de refugiados se está volviendo cada vez más catastrófica para los 13000 habitantes que allí residen. Especialmente para los ancianos, las mujeres embarazadas y niños pequeños con enfermedades graves y crónicas, esta situación representa una amenaza grave para la vida.

Uno de los afectados por el embargo fue Zeryan Bulut, de cinco meses de edad, que sufría problemas respiratorios y cardíacos, pero no pudo ser llevado al hospital para un chequeo regular debido al embargo.

El jueves, la familia de Zeryan quería llevarla a un hospital en Hewler (Erbil) y los mantuvieron esperando durante horas en tres puntos de control de las fuerzas del KDP. Los intensos esfuerzos de la familia que mostró todos los informes de salud a las fuerzas de seguridad arrojaron resultados después de varias horas. Después de horas de espera y discusión, la familia finalmente pudo ir a Hewler. La familia llegó al Hospital Raperin donde los médicos revisaron al bebé solo después de dos horas. Zeryan no sobrevivió. La familia dijo que su bebé murió a causa del embargo y la indiferencia.

En agosto, dos mujeres embarazadas perdieron a sus bebés debido a que les negaron el acceso al hospital.

El campo de refugiados de Makhmur, hogar de más de 13000 refugiados kurdos, ha sufrido muchas dificultades, incluidos ataques militares. Los ataques aéreos militares turcos en el campamento el 6 de diciembre de 2017 y el 13 de diciembre de 2018 mataron a 8 residentes del campamento e hirieron a otros, y una nueva ola de ataques y presión sobre el Campamento  code Makhmur comenzó el 19 de julio.