El 28 de febrero de 2015 se declaró el "Acuerdo de Dolmabahçe" en Estambul. El acuerdo era un plan de diez puntos negociado entre Abdullah Öcalan y el Estado turco para resolver la cuestión kurda. La parte kurda estaba representada por el HDP, y la delegación incluía a Pervin Buldan, Sırrı Süreyya Önder e Idris Baluken. El proceso de paz fue terminado poco después por Recep Tayyip Erdoğan.

En un comunicado publicado el domingo, el Partido Democrático de los Pueblos (HDP) dijo: "Han pasado seis años desde el Acuerdo de Dolmabahçe declarado el 28 de febrero de 2015 por la delegación de Imrali y los funcionarios del Estado y del Gobierno. Este acuerdo ha pasado a la historia como uno de los pasos más importantes y críticos para hacer realidad el sueño de la sociedad turca de democracia, paz y libertad, para poder mirar al futuro con esperanza y crear una paz social y un ambiente de hermandad".

El HDP señaló que el acuerdo representaba un "punto de inflexión para la solución de la cuestión kurda que ha durado cien años y una actualización de la milenaria alianza kurdo-turca". "No fue un acuerdo entre el HDP y el AKP o entre el Sr. Öcalan y el AKP, como se suele afirmar, sino un acuerdo alcanzado entre una delegación del Estado y el Sr. Öcalan en nombre de todos los componentes del movimiento kurdo. La prioridad era resolver la cuestión kurda como problema fundamental de Turquía, pero este acuerdo era al mismo tiempo una gran oportunidad que se presentaba para la democratización de Turquía. Desgraciadamente, el AKP, como uno de los interlocutores en el asunto, negó posteriormente el Acuerdo de Dolmabahçe y sacrificó el futuro democrático de Turquía a sus ambiciones de poder".

La cancelación del acuerdo no ha aportado a Turquía ni una sola ventaja, dijo el HDP, señalando los acontecimientos de los últimos seis años. "El país se ha visto abocado a un "torbellino de oscuridad" en el que, tras el intento de golpe de Estado del 15 de julio de 2016, el estado de excepción se ha convertido en el estado normal y el derecho a la actividad política y a la libertad de expresión ha sido prácticamente abolido. La crisis económica se ha agravado, el ejército turco hace la guerra en Siria, Libia e Irak, y el poder judicial se ha convertido en un aparato de poder gubernamental. Mientras tanto, incluso hay un debate abierto sobre la prohibición del HDP como tercer partido más grande de Turquía".

El comunicado subraya que: "La única manera de salir de este oscuro escenario es volver a la voluntad de una solución democrática, que se expresó en el Acuerdo de Dolmabahçe. El interlocutor de este acuerdo es toda la sociedad, especialmente los partidos de la oposición y todos los círculos que tienen algo que decir sobre el futuro de Turquía. Como HDP, declaramos que seguimos comprometidos con la voluntad de solución del Acuerdo de Dolmabahçe y continuaremos nuestra lucha hasta que se alcance una solución democrática en Turquía. Apoyar esta voluntad es una necesidad democrática que debe mostrarse en contra de la visión autoritaria. En esta ocasión, hacemos un llamamiento a todos, una vez más, para que contribuyan a una solución".