El invierno ha llegado, pero los niveles de lluvia, más altos de lo habitual, mantienen vivo el otoño. Los colores ocres que impregnan las montañas de Kurdistán se resisten a la llegada del invierno, todos los colores del otoño continúan agarrándose con fuerza a los paisajes.
Ha sido un otoño largo. La lluvia ha dejado precipitaciones más altas de lo que acostumbra y los tonos otoñales son predominantes e incluso los verdes se muestran resistentes al paso de los días mostrando su determinación por no ser eliminados por el frío y el viento.
Cientos de árboles fueron quemados durante los bombardeos turcos en la primavera y el verano, sin embargo, están intentando volver a resurgir de sus cenizas gracias a las lluvias otoñales, sus raíces siguen vivas y con fuerza.