Historia del guerrillero Toprak

Su nombre era Toprak (tierra, suelo). El guerrillero Reşat Tımoki era como la tierra.

Viene a mi mente cuando oigo los nombres de quienes cayeron en el camino o cuando encontramos sus fotografías. Por supuesto, hay muchos hombres y mujeres que hablan a los árboles o a los pájaron, pero ésta fue la primera vez que encontré a un guerrillero hablándole a un árbol y eso sinceramente me complació. El hombre que le hablaba a la naturaleza sonaba puro, no sé por qué. Tal vez sea porque creemos que la naturaleza nos retrotrae a los valores, al equilibrio del universo.

Toprak nació de una madre y un padre patrióticos en Batman. Su nombre fue la mejor declaración de hacia dónde iba a dirgirse su camino. Su nombre fue el símbolo más bello de a qué acudir, de por qué había nacido. Toprak (tierra, suelo), su nombre era Toprak. Era como la tierra, como el suelo.

El primer paso del guerrillero hacia la libertad no fue venir a las montañas, sino su primera revuelta contra la injusticia y la crueldad. Fue la primera vez que abrió los ojos y escuchó la verdad. La historia de Toprak no comenzó cuando llegó a Kobanê en 2014, y no terminó el día en que regresó a la tierra el 10 de julio, en la resistencia de Dûpişk. En medio había habido decenas de significados, muriendo decenas de veces, y renaciendo decenas de veces.

Cruzó la frontera y corrió para unirse a la resistencia de Kobanê. Pero antes de que sus pies corrieran hacia Kobanê, su corazón y su cerebro ya habían empezado a luchar en las calles de Kobanê. Cuando la guerra terminó y quiso recuperarse de las heridas que sufrió en el pie y la cara y volver a casa, se encontró a su padre. Su padre le dijo: “No vayas a ninguna parte, ve a las montañas. Si quieres ser digno de nosotros, ve a las montañas, no vuelvas aquí. Ahí es donde encontrarás tu esencia”. Todas las madres y padres que vivían en esta tierra sabían este hecho, pero los padres de Toprak no sólo lo sabían, sino que querían que sus hijos difundieran esta verdad en el Kurdistán y en libertad.

El guerrillero Reşat se dirigió a las montañas y conoció su propia tierra, su esencia. Su última parada fue Heftanîn, donde el suelo se regenera a cada estación, donde sus colores cambian incluso tras toneladas de bombas; un pequeño retoño todavía se resistió y se convirtió en un árbol.

“¡Nuestra sangre derramada en nombre de la libertad es una gota de agua que da vida a los árboles en mitad de este verano!” El guerrillero Reşat Tımoki cayó mártir el 10 de julio mientras cumplía con su deber con Argeş Sara y Zinar Devrim. Fue valiente y hermoso en cada instante que vivió. El guerrillero Reşat fue como el suelo, como la tierra.