KCK: “La destrucción de tumbas responde a motivaciones políticas”

KCK: “La destrucción de las tumbas de los guerrilleros no son actos sádicos sino políticos: hacer que los kurdos renuncien a su lengua, su cultura y su libertad, que son sus derechos fundamentales”.

La presidencia del consejo ejecutivo de la Unión de Comunidades del Kurdistán (KCK) emite un comunicado sobre los ataques del Estado turco contra los cementerios en el Kurdistán y la mutilación de los cuerpos de guerrilleros.

El comunicado de la KCK incluye las siguientes declaraciones:

Respeto por los muertos

El respecto a los muertos es uno de los valores fundamentales de la humanidad y es violado por el Estado turco de una forma brutal y despreciable. Hay dos fuerzas en el mundo que actúan de esta manera: el Estado turco y el Daesh (ISIS). En este sentido, son hermanos en espíritu. Turquía es también el único país en el mundo que ha apoyado al Daesh y con ello persigue objetivos políticos comunes.

Mientras que el Daesh actúa en nombre de la religión al llevar a cabo esta acción inhumana, el gobierno fascista del AKP/MHP lo hace en nombre del turquismo y el nacionalismo. Su nacionalismo lo ha pulido con laca religiosa, y se ha convertido en un despotismo sobresaliente. Hay otros gobiernos despóticos y fascistas en el mundo, pero ninguno de ellos recurre a los métodos del bloque del AKP/MHP. Estos gobiernos utilizan la violencia y la represión para mantenerse en el poder. Sin embargo, en el caso del Estado turco, también está el hecho de que quiere aniquilar a los kurdos, alcanzando un nivel inhumano que no existe en ningún otro lugar. En ningún otro lugar del mundo hay un gobierno, un poder político o un Estado que pretenda negar a un pueblo y hacerlo desaparecer mediante la aniquilación física o cultural. El Estado turco, que cometió un genocidio contra los armenios y los sirios a principios del siglo XX, quiere ahora cometer un genocidio contra los kurdos.

Los ataques contra los cementerios buscan la exterminación de los kurdos

El actual gobierno colonialista bombardea cementerios y profana los cuerpos de las tumbas que destruye una y otra vez hasta convertirlas en ruinas. Profana los cadáveres de los guerrilleros y los hace irreconocibles utilizando armas, piedras y otras herramientas. Este procedimiento caracteriza la voluntad de aniquilar a los kurdos. Los kurdos que viven como tales y luchan por su identidad no son tolerados. El hecho de que las tumbas de Şêx Said y Seyit Riza se mantengan todavía en secreto está en consonancia con la actual mentalidad de profanaciones de cadáveres y destrucción de cementerios.

Estos ataques no están solamente dirigidos contra los muertos, sino contra todo el pueblo kurdo. Es un ataque contra la existencia kurda, un ataque contra la voluntad de los kurdos por la libertad y la lucha. No hay otro modo de expresar la profanación de tumbas y cadáveres. No se trata de actos sádicos sino políticos: hacer que los kurdos renuncien a su lengua, su cultura y su libertad, que son sus derechos fundamentales

En los 70, el Estado turco creyó que había enterrado a todos los kurdos y al Kurdistán. Dijeron que el sueño del Kurdistán había sido enterrado. Abdullah Öcalan está siendo atacado porque organizó el PKK, inició una lucha de guerrillas y demostró de esta forma que los kurdos no han sido enterrados. Quieren enterrarlo vivo por medio del aislamiento. Al negar las tumbas a los guerrilleros, quieren enterrar la existencia kurda en la historia. La profanación de cuerpos de guerrilleros y de cementerios es parte de una política genocida. Todos los que se llaman a sí mismos kurdos deberían ser capaces de ver esto y tomar una posición en contra.

Los pueblos de Turquía deben adoptar una postura ante estos crímenes

La actual ola de ataques nos ayuda a conocer mejor el alcance de la hostilidad contra los kurdos. Incrementa nuestra rabia y nos muestra nuestro deber. Los mártires atacados llaman a los jóvenes kurdos a luchar aún con más fureza. Estos ataques deben convertirse en una ocasión para que nuestro pueblo se organice mejor y mejore la lucha por la libertad y la democracia. Si el enemigo quiere romper nuestra voluntad y obligarnos a renunciar a nuestra identidad kurda y a una vida libre, deberemos recordar aún con más fuerza nuestra identidad y luchar por la libertad con más determinación. La mejor respuesta a los ataques es intensificar la lucha por un Kurdistán libre y una Turquía democrática, y tirar a los colonialistas genocidas al cubo de la basura de la historia. Todas las fuerzas democráticas deberían mostrar su amistad apoyando la lucha del pueblo kurdo.