Roni Serdem, en nombre del Comité de Relaciones Exteriores de la KCK, envió una carta a los representantes de muchos países, entre ellos los EE.UU., Alemania, Francia, Canadá, Inglaterra, los Países Bajos y Rusia, y a la oficina de representación de la UE en Hewlêr, al Secretario General de la ONU Antonio Guterres, la Liga Árabe, los partidos políticos de la región y la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) sobre el uso de armas químicas por parte de Turquía.
La carta expone los crímenes de guerra y los crímenes contra la humanidad cometidos por el Estado turco, y critica el silencio de las fuerzas competentes.
La carta dice: "Con esta carta queremos llamar su atención sobre una cuestión urgente: el uso de armas químicas por parte de Turquía. El uso de estas armas, que están prohibidas por su institución, supone una clara violación de los estándares, normas y acuerdos de la OPAQ. Sabemos que muchos Estados, incluida Turquía, han firmado tratados como la Convención sobre Armas Químicas, comprometiéndose así a no utilizar ningún tipo de armas químicas u otras prohibidas. En el pasado, hemos visto cómo su organización, muchos gobiernos y la opinión pública internacional reaccionaron rápida y enérgicamente cuando países de Oriente Medio, como Siria o Irak, hicieron uso de armas químicas. Lamentablemente, no hemos visto la misma actitud cuando estas armas prohibidas son utilizadas sistemáticamente por el Estado turco en Siria, Irak y Turquía".
La carta llama la atención sobre "el uso de fósforo blanco por parte de Turquía durante su ataque de ocupación a la ciudad de Serekaniye, en el norte de Siria, en octubre de 2019. Como resultado, muchos civiles resultaron heridos, incluido el joven Mohammed Hamid Mohammed, que sufrió graves quemaduras en todo el cuerpo. A pesar del clamor mundial y la enorme atención de la opinión pública internacional, Turquía no ha sido condenada ni castigada por este crimen por su organización. Como resultado de este silencio de la comunidad internacional y de la OPAQ, se ha alentado a Turquía a utilizar armas químicas contra las fuerzas de resistencia kurdas HPG (Fuerzas de Defensa del Pueblo) y los civiles en el Kurdistán del Sur desde el 23 de abril de 2021. Desde el comienzo de la invasión turca en el Kurdistán del Sur, que ha tenido lugar durante los últimos cinco meses en las proximidades de los túneles de la resistencia de la guerrilla y en decenas de pueblos cercanos a estas zonas, el ejército turco ha estado utilizando sistemáticamente armas químicas para aniquilar a las fuerzas de la guerrilla y obligar a la población civil a abandonar sus hogares. A pesar de esta realidad, ni un solo Estado u organización internacional responsable ha tomado medidas hasta ahora".
La carta critica el silencio de las instituciones internacionales "debido a que Turquía es su socio. Por esta razón, los numerosos crímenes cometidos por Turquía han sido hasta ahora ignorados y no se ha tomado ninguna medida contra el país. A pesar de que el gobierno del AKP-MHP ha cometido un sinfín de crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra, como el uso de armas químicas, sigue siendo considerado como un país democrático normal y un interlocutor legítimo".
El KNK pidió en un reciente informe "que se tomen medidas inmediatas contra los crímenes de guerra turcos". Compartimos las preocupaciones y demandas enumeradas en este informe. Dado que los numerosos crímenes cometidos por Turquía han sido ampliamente documentados, ha llegado el momento de condenar abiertamente al país y llevar a juicio a las autoridades estatales turcas responsables".