La Unión Patriótica del Kurdistán (PUK) ha emitido un comunicado este viernes instando a las tres presidencias de Irak a emprender acciones urgentes e inmediatas para frenar las violaciones turcas en suelo iraquí.

“Escribimos con gran dolor, nuevos mártires y heridos caídos en poblaciones de la gobernación de Suleimaniya, específicamente en la zona turística Kuna Masi, a causa de una operación turca en la que se violó la soberanía iraquí con insistencia y sin respetar las protestas del gobierno central al embajador turco, y sin pensar en la santidad de la sangre de los aldeanos que cayeron víctimas de la incursión turca con el pretexto de perseguir a los partidos de la oposición”, dice la declaración de la PUK.

“Queremos señalar que mientras trabajamos para proteger y preservar las relaciones amistosas con el país vecino, Turquía, afirmamos que la santidad de la sangre de nuestro pueblo y la soberanía de nuestras tierras es una línea roja, así como los principios básicos en los que trabajamos con el fin de protegerlos y preservarlos”, continúa.

En consecuencia, la PUK exige a las tres presidencias que adopten medidas inmediatas y urgentes para disuadir a la parte turca y transmitir un mensaje firme de que Irak en su conjunto, tanto en lo que respecta a su gobierno como a su pueblo, van muy en serio esta vez y se mantendrán firmes frente a estas violaciones.

“También pedimos al Ministerio de Relaciones Exteriores iraquí y al representante iraquí en el Consejo de Seguridad de la ONU que presenten una solicitud para una sesión de emergencia del Consejo de Seguridad con el fin de detener la operación militar dentro de los territorios iraquíes y emitir una resolución para compensar a las víctimas civiles caídas como resultado de estas operaciones militares”, añade la declaración.

La PUK ha pedido que se forme un comité jurídico en el que participen abogados internacionales con el fin de presentar casos judiciales ante los tribunales internacionales para indemnizar a las familias de las víctimas y cubrir las pérdidas de bienes públicos y privados, obligando al Gobierno turco a pagar, como mínimo, a las familias de las víctimas como consolación.