Las fuerzas iraníes matan a un kolbar y hieren a otros 4 en Chaldıran
Otro ataque contra los kolbars, esta vez entre las fronteras de Bakur y Rojhilat.
Otro ataque contra los kolbars, esta vez entre las fronteras de Bakur y Rojhilat.
Los kolbars que se ganan la vida transportando mercancías sobre sus espaldas entre el sur (Bashur) y el este (Rojhilat) del Kurdistán se enfrentan a durísimas condiciones que ponen en peligro sus vidas.
Kolbarnews ha informado de que las fuerzas del régimen iraní han atacado a los kolbars cerca de Chaldıran, en la frontera entre Bakur (norte) y Rojhilat (este) del Kurdistán. Uno de los kolbars perdió la vida en el ataque, y otros 4 resultaron heridos.
El kolbar asesinado se llamaba Eli, los heridos Mihemed Mirzayî, Azad Yastar, Mehmud Elemhulî y Umêd Elemhuli. Estos últimos han sido trasladados al hospital de Chaldıran.
Las fuerzas del régimen iraní patrullan las fronteras como unidades de comando, disfrutando de total impunidad por sus crímenes. Sus acciones son incluso alentadas por el gobierno.
El Kurdistán oriental se ha empobrecido a través de los años a causa de políticas deliberadas del régimen iraní, convirtiéndose en una de las regiones más pobres de Irán. En comparación con otras regiones, la zona ha visto una inversión significativamente menor y su desarrollo ha sido deliberadamente frenado. La agricultura y la industria no han podido desarrollarse, y como resultado el desempleo ha alcanzado los niveles más altos de todo Irán.
Ante las políticas de discriminación, opresión y empobrecimiento, el transporte de mercancías de contrabando no es una elección sino más bien una necesidad para sobrevivir.
La palabra kolbar proviene de la conjunción de ‘kol’ (espalda) y ‘bar’ (carga). Los kolbars se ganan la vida transportando cargas a lo largo de la peligrosa línea fronteriza. Sus mercancías incluyen cigarrillos, teléfonos móviles, telas, artículos para el hogar, té y, rara vez, alcohol. Caminan por un terreno peligroso para mantener este comercio entre el sur y el este del Kurdistán. Los bienes que traen son vendidos a altos precios en Teherán, pero los kolbars que arriesgan sus vidas reciben un pago muy modesto por ellos.
Los intermediarios que reciben las entregas y encuentran compradores en las ciudades se llaman kasibkars.
Los Kolbars y los kasibkars tienen entre 13 y 70 años. Algunos solo finalizaron la escuela primaria, otros son graduados universitarios. Llevan cargas a sus espaldas porque no pueden encontrar ningún otro empleo. En los últimos 5 años, unos 300 kolbars y kasibkars han muerto a sangre fría. No hay estadísticas claras que arrojen luz sobre sus asesinatos