Tras el asesinato de Jina Mahsa Amini, de 22 años, a manos de la "policía de la moral" el 13 de septiembre, las protestas, que comenzaron en el Kurdistán de Rojhilat y se extendieron por todo Irán, entran en su séptimo día y el balance es cada vez más pesado. Según un informe oficial publicado el jueves (22 de septiembre), 7 activistas y 4 policías han muerto desde el inicio de las manifestaciones.
La televisión estatal, por su parte, no detalló el número de manifestantes, informando de que "17 personas, entre manifestantes y policías, han perdido la vida en los acontecimientos de los últimos días". Sin embargo, la ONG Derechos Humanos de Irán (IHR), con sede en Oslo, informó de que al menos 31 civiles fueron asesinados por las fuerzas del Estado.
Tres paramilitares "movilizados para enfrentarse a los rebeldes" murieron el miércoles en Tabriz (noroeste), Qazvin (centro) y Mashhad (noreste), según las agencias de noticias iraníes. Según la misma fuente, un miembro de las fuerzas de seguridad también murió durante las protestas del martes en Shiraz (centro). Según la agencia Fars, el miércoles murieron 7 manifestantes.
Las autoridades iraníes informaron de que el miércoles habían muerto seis manifestantes desde que comenzaron las protestas, cuatro en el Kurdistán (noroeste) y dos en Kermansha (noroeste), donde vivía Jina Amini.
Las autoridades iraníes negaron que las fuerzas de seguridad estuvieran implicadas en la muerte de los manifestantes.