Las víctimas del terremoto en Kermanshah esperan otro invierno en sin hogar

Las víctimas del terremoto de magnitud 7’3 que sacudió Kermanshah en el Kurdistán oriental se enfrentan a otro invierno sin hogar.

Al menos 630 personas perdieron su vida y otras 12.000 resultaron heridas en el terremoto de magnitud 7'3 que tuvo lugar el 12 de noviembre de 2017 en Kermanshah.

El terremoto más grande de Irán de los últimos 10 años les costó a 70.000 personas sus casas. Las víctimas del terremoto pasaron el invierno con grandes dificultades, y pese a que ya ha pasado todo un año aún llevan las señales del desastre.

De acuerdo con medios iraníes, alrededor de 103 edificios de apartamentos resultaron dañados. Los daños generales ascienden a 11 veces el presupuesto de la región. La peor parte de la situación de las personas sin hogar: muchas todavía viven en tiendas de campaña pese a que ya ha pasado todo un año.

Las víctimas del terremoto tienen muchos problemas en el frío invierno de Kermanshah. El último año, los medios iraníes tuvieron que publicar la historia de Sarina Zahabi, una niña de 2 años que perdió su vida a causa del frío.

El periódico Arman escribió lo siguiente el pasado 27 de noviembre, citando a una fuente: “Con cada réplica regresaban las pesadillas de aquella noche. Numerosas familias que han sobrevivido al terremoto todavía no han encontrado sus casas. Cada vez que llueve o nieva, las tiendas se llenan de agua y terminamos sentados junto a la tienda con la ropa empapada. Nadie responderá a nuestra llamada. Los pequeños calentadores eléctricos no pueden ayudarnos en este frío. Nos prometieron construirnos casas, pero ahora opinan que las tiendas están bien”.

En un artículo publicado el 29 de septiembre se cita un estudio llevado a cabo por la Fundación de Vivienda que dice que la mayor parte de las casas en Kermanshah se derrumbaron, y que el refugio temporal se ha convertido en la norma de las zonas afectadas de Kermanshah. La esperanza de que las autoridades ayuden a la gente han disminuido notablemente desde entonces.

Muhamed Cemal Niya, alcalde de Sarpole Zahab, epicentro del terremoto, tuvo que admitir en un discurso realizado el pasado mes de octubre que el 30% de las personas todavía siguen viviendo en las calles de las zonas afectadas. El alcalde habló con la Agencia Ilna el 14 de septiembre y criticó al presidente Hassan Rouhani por no hacer nada, y añadió que algunos ciudadanos tuvieron que recurrir a la venta de sus riñones”.