El estado turco ocupante que impone un genocidio al pueblo kurdo declaró oficialmente el 11 de junio que se lanzaría una operación contra el sur del Kurdistán, al norte de Irak.
Esta agresión no es nada nuevo. El estado turco ha estado llevando a cabo durante mucho tiempo todo tipo de ataques de aniquilación contra la lucha por la libertad en Kurdistán. Los kurdos, como siempre, se resisten a los ataques con determinación.
El estado turco no solo está atacando la lucha por la libertad en Kurdistán sino que también está tratando de destruir su naturaleza. El dictador Tayyip Erdoğan se dirige por igual a todos los seres vivos en Kurdistán, mujeres, niños, jóvenes y ancianos por el bien de su gobierno.
La pequeña Solin, quien murió junto con cinco miembros de su familia en un bombardeo de aviones de combate turcos en la carretera de Kortek en 2010, es un duro ejemplo del salvajismo del estado turco.
El estado turco está quemando sistemáticamente la geografía del Kurdistán cada año. Hace unos días, otro bombardeo turco inició un incendio en la aldea de Kortek. Miles de árboles en la zona boscosa se convirtieron en cenizas.
El fuego, que duró dos días, se extendió a un área más grande donde se encuentra un monumento erigido en memoria de la pequeña Solin y su familia. El fuego solo pudo controlarse gracias a los esfuerzos de la población local.
Una gran cantidad de animales también perecieron como resultado de este incendio. Algunos otros animales que lograron sobrevivir intentan implacablemente reconstruir ahora su nido.