El primer ministro de Armenia, Nikol Pashinyan, dijo que 49 de sus soldados murieron en los enfrentamientos de la noche, mientras que el Ministerio de Defensa de Azerbaiyán dijo que 50 de sus militares también murieron.

Los países vecinos han librado dos guerras y han visto enfrentamientos menores regulares durante tres décadas.

El martes, Rusia dijo que había mediado en un alto el fuego para el último estallido.

En un principio, Armenia dijo que los combates se habían calmado, pero que no habían terminado por completo. Más tarde, Azerbaiyán dijo que había completado sus objetivos tras las "provocaciones" de su vecino.

Los dos países se culpan mutuamente del último brote de violencia.

Armenia afirmó que varias ciudades de la frontera habían sido bombardeadas por su vecino y que había respondido a la provocación.

Azerbaiyán afirmó que sus infraestructuras fueron las primeras en ser atacadas, y el portavoz militar, teniente coronel Anar Eyvazov, dijo que los movimientos militares del último mes "demuestran que Armenia se está preparando para una provocación militar a gran escala".

El núcleo del conflicto es la región de Nagorno-Karabaj. Según las fronteras reconocidas internacionalmente, forma parte de Azerbaiyán, pero está poblada por armenios.

La brecha cultural va más allá de la política y se extiende también a la religión: Armenia es un país mayoritariamente cristiano, mientras que Azerbaiyán es mayoritariamente musulmán.