Una operación contra Qandil, y justo antes de las elecciones, no se descarta como una posibilidad. La situación en la que se encuentra el régimen AKP-Erdogan en Turquía con las elecciones es demasiado importante como para ser explicada de forma simplista en base a referencias clásicas a los equilibrios y lógicas electorales. Está claro que dos más dos no son cuatro en este caso, pero es un momento en que el resultado no puede preverse. Por eso, cuando Erdogan pierda no será solo una elección que perdió. La ideología del Islam político es 'AKP encarnado', y actualmente está paralizada debido a políticas injustas causadas por el sentimiento anti-kurdo. La pérdida de las elecciones por parte de Erdogan sería su muerte espiritual e ideológica, así como de sus ansias de poder y de las estructuras fascistas y antidemocráticas que construyó. Agreguemos a eso los temores sobre la presencia física de Erdoğan. Por todo ello, estamos ante una verdadera cuestión a vida o muerte para Erdogan.
Muharrem İnce y Meral Akşener son conscientes de como de seriamente Erdogan se toma esta situación. Les preocupa hasta que punto esta cuestión de vida o muerte puede hacer crecer al monstruo que Erdogan lleva dentro, y hasta qué punto lo volverá loco. Ambos candidatos presidenciales están en una posición en la que no pueden comprender el alcance de esto, y están tratando de calmar a Erdogan con comentarios como "Ve a tu rincón y retírate", "cuida a tus nietos", o al menos de no agitarlo más. Le aseguran: "No los vamos a enjuiciar, no representaremos una amenaza existencial".
En estos momentos, podemos esperar que Erdogan recurra a cualquier cosa. El recurso en la lista es una operación contra Qandil.
La cuestión de una operación contra Qandil es tanto una operación electoral como el cemento que une la alianza AKP-MHP. La operación contra Qandil, de la que Bahçeli habla más que Erdogan o el AKP, es la precursora de la Alianza Cumur ("Pública") para Bahçeli. Nadie debería dudar por un segundo que el "éxito" de arrastrar a Turquía a una operación contra Qandil será utilizado por Bahçeli más que por Erdogan. Intentarán darle una segunda vida a la alianza con una operación de este tipo.
Las motivaciones de la ola chovinista y nacionalista, que comenzó con la demolición de las ciudades durante la resistencia de los autogobiernos y las masacres de civiles en 2016 y que han alcanzado una nueva etapa con la invasión de Afrin, serán de nuevo sostenidas. Ellos dirán “El terrorismo es la maldición de nuestro país, nadie excepto nosotros podrá detenerlo.” Con estos argumentos, que dejan al CHP impotente en el tablero político, un nuevo paso será dado para construir en el imaginario colectivo, que ya ha sido preparado, la idea de que Erdogan construirá una autopista hasta la luna.
De hecho, una operación contra Qandil no es la primera elección de Erdogan. La primera elección sería el poder asesinar a los dirigentes de alto rango del PKK. Erdogan ha ordenado a su equipo, de forma nítida, que quiere ver “uno o más dirigentes asesinados antes de las elecciones, sin excusas”. Pero parece que existe un plan de varias capas que se ha puesto en marcha como precaución en previsión de distintos escenarios y en caso de decepción al no cumplirse las expectativas más ambiciosas. Si hay un ataque contra los dirigentes, estarán satisfechos por ello. Si no, una operación contra Qandil será puesta en marcha cuyo objetivo principal será asesinar a los dirigentes. Si nada de eso funciona, una operación relámpago será llevada a cabo atacando lugares simbólicos para poder enseñar algún tipo de acción.
Süleyman Soylu ha tomado su lugar discretamente como parte del acuerdo alcanzado con el AKP. Parece que el AKP se dio cuenta del problema de la falta de confianza que existía en la MIT y ha encargado a Soylu que trabaje sobre ello. Soylu está trabajando con la MIT en este proceso y tratando, por una parte, de implementar el plan para que el HDP no pueda alcanzar el 10% de los votos, mientras por la otra enfatiza meticulosamente la importancia de la operación militar contra Qandil. Hace un tiempo, se hicieron alegaciones de un posible plan para asesinar a Erdogan para ver como reaccionaba la sociedad. Estas alegaciones eran producto de la misma mentalidad de guerra especial. Podemos esperar nuevas pruebas en este sentido.
Sí, Turquía tiene las condiciones para llevar a cabo una operación militar contra Qandil en estos momentos. Pero no engañan a nadie. Estas condiciones siempre han estado ahí. Para el AKP, hablar de victoria y una posición ganada es un completo cuento en este sentido, lo importante es centrarse en el resultado final. ¿Qué pasaría si hubiera una operación militar contra Qandil?
Hay dos posibilidades:
La operación alteraría el equilibrio regional. Y este hecho no es compatible con la política exterior de ninguna de las otras potencias regionales. De esta manera, la operación sería una cuestión más a añadir a la larga lista de derrotas de Erdogan en materia de política exterior, que ya ha estado generando rechazo en la región durante un tiempo. En Oriente Medio, el perdedor es Erdogan y el ganador es el PKK. Los acontecimientos en la región continuarán sumando en favor del PKK, particularmente en la esfera diplomática
Para la administración del KDP, quienes han estado perdiendo prestigio debido a la política nacional que desarrollan, esto no aliviará la crisis sino que la profundizará (ya sea el KDP parte del plan o sencillamente se mantengan en silencio). El sentimiento del pueblo de Kurdistán Sur que emergió tras la operación ZAP volverá a surgir, y las políticas del KDP serán identificadas más aun como colaboracionistas y traidoras, mientras que el PKK será visto como el verdadero protector de Kurdistán Sur y su pueblo. El creciente espíritu de unidad nacional puede acabar por sobrepasar al KDP.
Debido a que Qandil tiene una posición especial en el panorama político, un panorama en el que ambos puedan arrogarse una victoria, beneficiará sobretodo al PKK en el contexto actual. Además de sufrir golpes duros en el terreno militar, el manido eslogan de “entraremos en Qandil y eliminaremos el terror” se verá derrotado y desaparecerá. La idea de que el PKK puede ser eliminado será de nuevo desacreditada y la idea de que el PKK es invencible en cambio se fortalecerá.
¡Ah! y Suleyman Soylu se quedaría sin trabajo.