Las provincias que se encuentran a lo largo de la frontera turca en Bakur están especialmente afectadas por la militarización, y la guerra y la violencia que la acompañan. Cerca de la población de Derindere, en el distrito de Derecik en la provincia de Hakkari, el año ha terminado con otro ataque mortal de los soldados turcos.

Reşit Ekinci se encontraba realizando una comida campestre con sus amigos cuando el grupo fue llamado por soldados turcos a un puesto militar adyacente. Aunque los amigos explicaron que eran del pueblo y que iban de picnic, los soldados pidieron a los jóvenes que se dispersaran. Cuando los jóvenes explicaron que sólo estaban allí para comer y que no querían irse en aquel momento, los soldados abrieron fuego contra ellos. Ekinci fue alcanzado en la cabeza.

El diputado del HDP Sait Dede compartió un video del incidente en Twitter, y dijo: “En el distrito de Derecik, los soldados han disparado y herido a un ciudadano en una zona de picnic. Condenamos estas atrocidades que se cometen sistemáticamente contra nuestros ciudadanos en el distrito de Derecik y esperamos una explicación inmediata por parte de las autoridades”.

La policía turca, con total impunidad, utiliza repetidamente armas de fuego contra los civiles. Cada año, decenas de personas mueren o resultan heridas como resultado de los ataques de la policía y las fuerzas militares turcas. Los autores no están sujetos a enjuiciamiento o juicio alguno. Al contrario, la mayoría de las veces son ascendidos.

El pasado 30 de noviembre, por ejemplo, Özcan Erbaş, de 16 años de edad, fue asesinado por soldados turcos en la provincia de Hakkari cuando le dispararon por la espalda mientras se encontraba de picnic con sus amigos. Otro adolescente fue asesinado por soldados turcos el 1 de agosto: Vedat Ekinci, de 14 años, murió de un disparo en la espalda en el distrito de Derecik.

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