El pueblo del norte y este de Siria lleva 4 días de vigilia en la presa de Tishrin para resistir los ataques turcos. Emel Hesen es la esposa de un mártir y está en la presa con sus hijos "para proteger esta tierra".
Los logros alcanzados en el norte y este de Siria representan más que la defensa de un territorio. Encarnan el espíritu de resistencia de hombres y mujeres, la búsqueda de la libertad y la lucha por una vida digna. Estos logros fueron posibles gracias a los sacrificios de personas sometidas a opresión durante siglos y a los numerosos mártires que dieron sus vidas.
Los nombres de los mártires están grabados en la historia como héroes que resistieron valientemente en los momentos más oscuros de la revolución, cuando la esperanza estaba a punto de desaparecer. Sus sacrificios allanaron el camino hacia la libertad y ofrecieron una luz de esperanza a comunidades obligadas a soportar la opresión. Al dejar el miedo a un lado, las personas renovaron su determinación de vivir y redescubrieron la esperanza en sus horas más difíciles.
Gracias a la resistencia de los mártires, los corazones atrapados en la oscuridad vieron la luz de nuevo, y la violación de la dignidad humana en estas tierras llegó a su fin. Cada mártir se convirtió en un guardián de los logros compartidos de la humanidad y de los valores universales.
Esta revolución ha crecido hasta convertirse en una lucha popular para reclamar su identidad y libertad. La historia escrita con la sangre de los mártires se ha transformado en un manifiesto de resistencia para las generaciones presentes y futuras. Los mártires se han convertido en símbolos de la esperanza que florece bajo la opresión. A través de su lucha por la independencia, estos héroes y su amor por la libertad dejaron un gran legado. Ahora es responsabilidad de quienes permanecen proteger este legado, honrar sus sacrificios y mantener vivos sus ideales.
El estado turco continúa sus ataques al norte y este de Siria para destruir esta realidad. Estos ataques buscan desmantelar las esperanzas, sueños y aspiraciones de libertad del pueblo, y debilitar su unidad, solidaridad y resistencia colectiva. Sin embargo, estos ataques no pueden superar la voluntad y la determinación de las personas.
Desde el 8 de diciembre, el estado turco ha intensificado sus ataques a la presa de Tishrin y Qereqozax. Un mes después, el 8 de enero, el pueblo del norte y este de Siria se movilizó con una determinación inquebrantable para defender sus tierras, agua e infraestructura e iniciaron la marcha hacia la presa para organizar una vigilia que cumple ya cuatro días a pesar de los ataques del ejército turco contra los civiles.
Miles de personas llegaron a la presa de Tishrin para apoyar la resistencia de las combatientes de las YPJ y las SDF, demostrando un profundo compromiso con las tierras liberadas gracias a los sacrificios de los mártires.
Emel Hesen Botî, una de las mujeres en el convoy, es la esposa de Mehmud Kobanê, quien cayó mártir en Çiyayê Kezwan. Acompañada por sus tres hijos, se unió a la vigilia en la presa de Tishrin organizada por el pueblo.
“Soy la esposa de un mártir. Llevo dos días aquí en la presa de Tishrin con mis tres hijos. Estamos aquí para defender nuestra presa y nuestra tierra. Vinimos a apoyar la resistencia de los combatientes de las SDF. La presa de Tishrin fue liberada con la sangre de nuestros mártires. Hoy es el día de proteger nuestra tierra y seguir los pasos de los mártires. El estado turco atacó el convoy muchas veces, pero no tuvimos miedo. No retrocedimos ni por un momento en nuestro camino ni en nuestra decisión. Los ataques continúan, pero no tenemos miedo. Hoy estamos aquí gracias a nuestros compañeros que luchan en la primera línea. La resistencia de las SDF nos da fuerza, y nosotros, a su vez, les damos fuerza a ellos”, dijo Emel Hesen.
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