Hulya Oruç: “Espero que todo el mundo apoye a Aziz”

La primera audiencia por el caso del periodista Aziz Oruç, quien ha permanecido preso de forma ilegal en la prisión de Patnos durante meses, se celebrará en el 2º Alto Tribunal de lo Penal de Ağrı el 21 de julio.

La historia de Aziz Oruç es la de todos los periodistas que trabajan por la libertad de prensa en Turquía. Una historia común a muchas personas. Y es que el gobierno turco ha estado criminalizando de forma sistemática el periodismo en el país y con el Decreto Ley ha clausurado, entre otras, la agencia de noticias Dicle. Aziz Oruç trabajaba como corresponsal para DIHA, y ha sido criminalizado por las noticias que allí escribió.

La mujer del periodista, Hulya Oruç, solo quiere una cosa: que su marido sea liberado. Ha hablado con ANF sobre la travesía de Aziz de Irak a Irán y Turquía.

Explicando que Aziz Oruç fue detenido en numerosas ocasiones mientras trabajaba como corresponsal y que existen casos abiertos contra él, Hulya ha contado que su marido fue forzado a irse a Irak como último recurso porque se encontraba abrumado por todas las presiones que recibía.

Cuando Oruç se marchó a Irak tenía un hijo de 5 meses y su mujer estaba embarazada de su segunda hija, y a causa de los altos riesgos de su embarazo no pudo acompañarlo. Sin embargo, Hulya Oruç dijo que, después de dar a luz, Aziz, quien se encontraba trabajando en Suleymaniya, comenzó a ir a ver a su familia a menudo. Entonces decidieron irse juntos a Europa.

Hulya Oruç ha contado que Aziz planeaba ir a Europa a través de Armenia. “Yo me encontraba en Turquía con nuestros hijos, mientras que Aziz decidió ir a Armenia. Pero fue detenido y golpeado. Dijeron que su pasaporte era falso. Después de sufrir tortura durante todo un día en Armenia, fue llevado ante la policía iraní. Allí las torturas continuaron; fue repetidamente golpeado con palos desnudo, atado de manos y con una bolsa en la cabeza.

A pesar de los dos días de dolorosa detención, Aziz fue puesto en libertad por un tribunal que conmutó su condena por una multa. Sin embargo, la policía iraní no lo liberó. Fue nuevamente golpeado, metido en un coche y llevado al paso fronterizo de Gürbulak en la frontera con Turquía. Lo dejaron desnudo en la nieve durante 3 horas, y siguieron golpeándolo pese a estar congelado. Posteriormente fue metido de nuevo en el coche, donde le dijo a la policía: ‘haced lo que queraís’. Lo golpearon nuevamente. Y luego, lo arrojaron al lado turco de la frontera. Pero él regresó a Irán y les dijo: ‘si tenéis que dejarme, hacedlo en el lado iraquí de la frontera; si no me dejáis allí, notificad a la policía turca de que vais a dejarme en Turquía’. Un policía le respondió: ‘o cruzas o te disparamos’. Y Aziz comenzó a andar hacia Turquía con su mochila en el hombro. Afortunadamente, uno de los policías le aconsejó que bajara por un sitio concreto para evitar que pisara una mina.

Una vez en Turquía, nadie le preguntó nada. Cuando llegó a Doğubayazıt, llamó a un amigo por teléfono y le informó de lo sucedido. Llamó a la puerta de una casa porque no llevaba nada más que ropa interior, y el hombre que le abrió le prestó unos zapatos. Su amigo lo recogió en coche y le curó las heridas. Le dio de comer y de beber, y le dejó quedarse con él. Cuando me llamó por teléfono me dijo que estaba muy cansado; caminó por la nieve durante horas, probablemente sufrió una neumonía. Luego volvería a casa e iría a la policía”.

Al día siguiente, Hulya supo que la policía había detenido a su marido. En televisión dijeron que habían detenido 'a un terrorista entrando en Turquía’. Aziz y su amigo fueron detenidos cuando se dirigían a Amed. Metieron a Aziz y a todos los amigos que le habían ayudado en prisión preventiva durante ocho días. Hulya Oruç dijo que su marido había sido incriminado. “Desde el primer día, Irán informó a Turquía de que Aziz había cruzado. Eran conscientes de la situación cuando Aziz cruzó la frontera desnudo, así que conspiraron contra él. Ejercieron presión psicológica sobre él durante 8 días para que dijera: ‘He bajado de la montaña’”.

Señalando que su marido, que fue enviado a la prisión de Patnos, ha permanecido encarcelado de forma ilegal y bajo condiciones inhumanas durante 7 meses, Hulya Oruç ha denunciado también que no se tomaron medidas de ningún tipo durante la epidemia del coronavirus, y que rechazaron la petición de su marido de ir al hospital. Explicando que le diagnosticaron un quiste en la cabeza antes de ir a Irak, Hulya ha añadido que sufría dolores de cabeza muy fuertes, mareos y pérdida de equilibrio. Ha contado que no ha podido ver a su marido desde marzo debido a la epidemia de coronavirus, y que está muy preocupada por su estado de salud.

Hulya Oruç ha señalado que en la acusación preparada contra Aziz se le acusa de “pertenencia a una organización ilegal” y de “hacer propaganda para una organización ilegal” pese a ser periodista. Señalando que su marido sólo ha podido ver a su segunda hija 4 veces desde que nació, ha añadido que su hija no conoce a su padre. “Cuando fui a visitarlo a la cárcel con los niños, y le dije a la más pequeña que íbamos a ver a su padre, me respondió que no tenía padre. Es muy difícil”.

Hulya ha confesado que también es una situación muy complicada para los niños.

Hulya Oruç desea que esta persecución acabe. Enfatizando que todos los periodistas son criminalizados y llevados ante el tribunal en la persona de su marido, ha añadido: “En este país atacan a los periodistas que hacen su trabajo. He sido testigo de ello antes, pero vivir esta situación ha hecho que me dé cuenta de lo grave que es. Aziz tiene noticias y artículos en todas partes, pero tengo que probar que es periodista. Es algo terrible”.

Finalizando su exposición, Hulya Oruç ha hecho un llamamiento a participar en la primera audiencia del juicio contra Aziz Oruç que tendrá lugar el próximo 21 de julio, y ha añadido que la decisión que se tome con respecto a Aziz se tomará con respecto a todos los periodistas. “Espero recibir el apoyo de todo el mundo; quiero traer a Aziz de vuelta a casa”.