Con motivo del Día Mundial de la Libertad de Prensa, el 3 de mayo, la Asociación de Periodistas Dicle-Fırat (DFG), con sede en Amed (Diyarbakır), presentó su informe mensual sobre las violaciones a la libertad de prensa sufridas en abril. Los resultados muestran que los trabajadores de los medios de comunicación en Turquía siguen enfrentándose a encarcelamiento, censura y procesamiento penal.
“Sin una prensa libre, no puede haber una sociedad libre y democrática”, afirma el informe del DFG, que destaca cómo la presión sobre los profesionales de los medios ha seguido aumentando drásticamente, desde registros domiciliarios y acusaciones hasta nuevos arrestos.
36 periodistas siguen en prisión
Según la DFG, ocho periodistas fueron encarcelados solo en abril, lo que eleva a 36 el número total de trabajadores de medios de comunicación encarcelados actualmente en prisiones turcas. Además, se han producido amenazas, ataques y restricciones al trabajo periodístico: un periodista fue agredido y otro fue amenazado por la policía. A un periodista se le impidió deliberadamente informar, y un periodista detenido denunció violaciones de sus derechos.
El procesamiento penal también sigue siendo una herramienta clave de intimidación. En abril, 47 periodistas fueron procesados en 28 casos diferentes. Seis de ellos fueron condenados a un total de nueve años y medio de prisión. Se abrieron nuevas investigaciones contra cinco profesionales de los medios de comunicación y se presentaron cargos contra otros 13.
Las críticas internacionales crecen, pero la represión continúa
En la última clasificación mundial de libertad de prensa de Reporteros Sin Fronteras (RSF), Turquía ocupa el puesto 159 entre 180 países, en la categoría de "muy grave". Los acontecimientos de 2025 confirman esta evaluación. Según la DFG, un total de 65 periodistas han sido detenidos desde principios de año, 25 de los cuales permanecen bajo custodia.
En abril se dictó una sentencia particularmente controvertida contra el periodista sueco Joakim Medin , condenado a 11 meses de prisión condicional por insultar al presidente. La DFG considera la sentencia un ataque selectivo contra corresponsales extranjeros y la expresión de una estrategia judicial represiva: «Criminalizar el periodismo es en sí mismo un delito». Medin también se enfrenta a un segundo juicio, en el que se le acusa de pertenecer a una organización terrorista.
Censura en las redes sociales y en línea
Paralelamente a la represión en las calles y en los tribunales, la censura digital también sigue extendiéndose. Según la DFG, en abril se bloquearon 171 cuentas de redes sociales y se prohibieron seis contenidos periodísticos. La asociación critica especialmente el creciente papel de plataformas internacionales como X (anteriormente Twitter) y, más recientemente, Bluesky, quienes cooperan cada vez más con las autoridades turcas.
Además, siete sitios web fueron bloqueados el mes pasado, en otro ataque a la libertad de expresión digital.
Pedido para el 3 de mayo: "La libertad de prensa es un prerrequisito fundamental para la democracia"
En el Día Mundial de la Libertad de Prensa, la DFG instó a las autoridades turcas a liberar de inmediato a todos los periodistas encarcelados. «El periodismo no es un delito, perseguirlo sí lo es. Una sociedad democrática sin medios de comunicación libres es inconcebible, y Turquía avanza cada vez más en la dirección opuesta», concluyó el comunicado de la DFG