Invasores turcos detienen a periodista sirio que trabaja para AFP en la ciudad de Al Bab

Bakr Qassem y su esposa Nabiha Taha, ambos periodistas para agencias locales e internacionales, fueron detenidos y golpeados por miembros del servicio de inteligencia turco estacionados en el centro de la ciudad de al-Bab.

Represión a la prensa

Bakr Qassem, un periodista sirio que trabaja para varios medios de comunicación, incluida AFP, fue arrestado por el servicio de inteligencia turco y la llamada Policía Militar en la ciudad de al-Bab el lunes, según informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (SOHR).

Según SOHR, Bakr Qassem y su esposa Nabiha Taha, ambos periodistas para agencias locales e internacionales, fueron detenidos y golpeados por miembros del servicio de inteligencia turco estacionados en el centro de la ciudad de al-Bab.

Según se informa, Bakr Qassem ha trabajado para la Agence France-Presse desde 2019, así como para la agencia estatal turca y la Agencia Anadolu controlada por el AKP.

Al Qasem fue trasladado posteriormente a la aldea de Hawar Kilis, situada en la frontera sirio-turca en el norte de Alepo, a petición de los servicios de inteligencia turcos. Se dice que se le imputaron varios cargos, entre ellos el de preparar informes para beneficio de varias partes.

Tras la liberación de la esposa del periodista, miembros del servicio de inteligencia turco irrumpieron en su casa y confiscaron todos los aparatos electrónicos, dispositivos de almacenamiento, cámaras, teléfonos móviles, ordenadores portátiles, oro y dinero, según SOHR.

Nabiha Taha dijo a la AFP que ella y su marido fueron detenidos el lunes en la ciudad de Al-Bab donde viven, cerca de la frontera con Turquía, cuando regresaban en coche de cubrir un evento.

Taha dijo que fue liberada poco tiempo después, pero Qassem todavía estaba detenido, y agregó que no sabía "el motivo de su arresto ni el lugar donde se encuentra detenido".

Dijo que les confiscaron los teléfonos y registraron su casa, y que también confiscaron la computadora y las cámaras de Qassem.

La editora de la AFP, Sophie Huet, y SOHR exigieron la liberación inmediata del periodista.