Aziz Oruç, periodista kurdo acusado de ser "terrorista" por el Ministerio del Interior turco, fue detenido el 11 de diciembre en el distrito Doğubayazit de Ağrı, en el norte de Kurdistán.

Durante una reunión con su abogado después de su encarcelamiento, Oruç dijo que había salido de Sulaymaniyah y cruzado de Irak a Irán el 8 de diciembre, y fue detenido en el cruce fronterizo armenio-iraní. Allí fue arrestado por la policía armenia alegando que su pasaporte era falso.

Aunque Oruç dijo que era periodista y que quería ir a Europa porque era buscado en Turquía debido a una sentencia de prisión aprobada, fue enviado a Irán y entregado a la inteligencia. Después de comparecer ante el tribunal dos días después de su detención en Irán, el periodista kurdo fue multado con un millón 800 mil liras iraníes y se ordenó su deportación. La inteligencia iraní no lo dejó cruzar, sino que lo llevó a un kilómetro de distancia y lo entregó descalzo en la frontera con Turquía.

Allí pudo comunicarse con miembros del Partido Democrático de los Pueblos (HDP) y pedir ayuda. Los políticos locales Abdullah Ekelek y Muhammet Ikram Müftüoğlu, que habían sido informados por el HDP, fueron al lugar donde Aziz Oruç había llegado. Mientras esperaban en la carretera un taxi para llevar a Oruç a su familia, la policía turca los arrojó repentinamente al suelo y los detuvo con las manos atadas a la espalda. Desde entonces, Aziz Oruç ha estado bajo custodia. Mientras tanto, Ekelek y Müftüoğlu han sido encarcelados por cargos de terrorismo.

Unos 230 signatarios iniciales han lanzado una campaña  a través del sitio web change.org, exigiendo la liberación inmediata de Oruç. Los periodistas condenan cómo Oruç fue retratado en los medios como un "terrorista" presuntamente capturado en la frontera iraní y que no fue tratado a pesar de sus heridas por el frío y la tortura. Su período de detención se extendió hasta el 18 de diciembre.

La petición también señala las condiciones generales para los periodistas en Turquía. De los 130 periodistas arrestados en los países miembros del Consejo de Europa, 110 están encarcelados sólo en Turquía. Los periodistas son arrestados una y otra vez, liberados sujetos a los requisitos de registro y a prohibiciones para viajar. Esto también afecta a muchos académicos y políticos. El escrito también indica que "Turquía es ahora una prisión abierta de facto".

Al condenar rotundamente el delito de Irán y Armenia contra Oruç, los periodistas demandan:

"La detención ilegal de nuestro colega Aziz Oruç debe terminar y debe ser puesto en libertad de inmediato. Hasta entonces, hacemos un llamado a todos los periodistas y organizaciones de prensa, los sindicatos, la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, el Parlamento Europeo y todas las organizaciones de derechos humanos para que sigan de cerca y monitoreen las acciones de Turquía y muestren solidaridad, para que ningún otro periodista experimente lo mismo".

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