RSF: “Entramos en una década decisiva para el periodismo”

La edición 2020 de la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de Reporteros Sin Fronteras (RSF) muestra que la próxima década será decisiva para el futuro del periodismo.

La edición 2020 de la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa muestra que la pandemia del Covid-19 resalta y amplifica las múltiples crisis que amenazan el derecho a una información libre, independiente, plural y fidedigna.

La Clasificación, que evalúa cada año la situación del periodismo en 180 países y territorios, muestra que los próximos diez años serán sin duda “una década decisiva” para la libertad de prensa debido a las crisis que afectan al futuro del periodismo: geopolítica (agresividad de los modelos autoritarios), tecnológica (falta de garantías), democrática (polarización, políticas de represión), de confianza (desapego, e incluso odio, hacia los medios de comunicación) y económica (empobrecimiento del periodismo de calidad).

A estos cinco tipos de crisis, cuyos efectos permite evaluar la metodología de la Clasificación, se suma ahora una crisis global sanitaria.

2020-2030 será una década decisiva para el periodismo

“Entramos en una década decisiva para el periodismo, debido a las crisis simultáneas que afectan al futuro de la prensa”, señala Christophe Deloire, secretario general de RSF. “La pandemia del coronavirus muestra factores negativos para el respeto del derecho a una información fiable, y es en sí mismo un factor agravante. ¿Qué será de la libertad, del pluralismo y de la credibilidad de la información de aquí al año 2030? La respuesta a esta pregunta es lo que está en juego hoy”.

Existe una clara correlación entre la represión de la libertad de prensa registrada durante la pandemia del coronavirus, y el lugar que ocupan los países en la Clasificación.

Tanto China (177º) e Irán (173º, -3), epicentros de la pandemia, establecieron dispositivos de censura masivos. En Irak (162º, -6) el gobierno suspendió la licencia de trabajo de la agencia de noticias Reuters durante tres meses, horas después de que esta publicase una nota que cuestionaba las cifras oficiales de casos de coronavirus.

Incluso en Europa, el Primer Ministro de Hungría Viktor Orbán (89º,-2) hizo que se aprobara una ley relativa al coronavirus que sanciona la difusión de noticias falsas con penas de hasta cinco años de prisión.

“Los gobiernos autoritarios ven la crisis sanitaria como una oportunidad de aplicar la famosa ‘doctrina del shock’: aprovechar la interrupción de la vida política, la consternación de la población y el debilitamiento de los movimientos sociales, para imponer medidas que serían imposibles de adoptar en condiciones normales”, añade Christophe Deloire.

“Para que esta década decisiva no sea catastrófica, la gente de bien, sea quien sea y se encuentre donde se encuentre, tiene que movilizarse para que el periodismo pueda cumplir la función esencial de ser un ‘testigo solvente’ para las sociedades, por lo que debe contar con todas sus capacidades para conseguirlo”.

Turquía, más autoritaria que nunca

En casi todas partes de Europa oriental y Asia central, los poderosos están consolidando su dominio de las noticias y la información. Entre ellos se encuentra Recep Tayyip Erdogan en Turquía (154º, +3), donde se ha intensificado la censura de los medios de comunicación, especialmente de los medios en línea.

El aumento en tres puntos de Turquía en la Clasificación es sólo el resultado de la caída de otros países, y la disminución del número de periodistas encarcelados tras los cambios en el procedimiento judicial en octubre de 2019 fue sólo temporal.

Turquía es más autoritaria que nunca. Citar un comunicado del proscrito Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) o de las Fuerzas Democráticas Sirias, o discrepar de las políticas de seguridad del gobierno en materia de medios de comunicación social puede conducirte directamente a la cárcel. El encarcelamiento de seis periodistas por su cobertura de la crisis libia –tres de ellos reporteros de Odatv.com, un sitio web que fue cerrado–, es sólo un ejemplo entre muchos.