Semana Internacional de Protección del Medio Ambiente

Declaración de la Plataforma Ecologista de Mujeres de Rojava en la Semana Internacional de Protección del Medio Ambiente.

Con motivo del inicio de la Semana Internacional de Protección del Medio Ambiente, que se celebra entre el 5 y el 11 de junio, desde Kongra Star han hecho público un comunicado para reivindicar la lucha ecologista: "Nuestra esperanza es que durante esta semana, cualquier trabajo realizado para proteger el medio ambiente en todo el mundo no se limite a estos días simbólicos, sino que sea permanente y conduzca a un modo de vida ecológico."

La Plataforma Ecologista de Mujeres de Rojava, sustentada en Kongra Star, ha querido subrayar todos los problemas subyacentes a la vida cotidiana de todos y de todas, situados en la crisis ecológica que atraviesa todos sus ámbitos. Sobre esta base, critican los trabajos institucionales realizados hasta la fecha, e instan a organizarse en aras de una acción real y efectiva: "Hasta hoy, ningún gobierno u organización en el poder ha sido indiferente a los problemas medioambientales que amenazan el futuro próximo de la comunidad mundial, pero al mismo tiempo, ninguno de ellos ha analizado y se ha comprometido a eliminar las principales causas de estos problemas. Esto ha traído como consecuencia medidas temporales que no han solucionado los problemas; radicalmente, por el contrario, han hecho que crezcan aún más.

En estos tiempos, uno de los principales conflictos es la crisis social que ha surgido de la autoridad y la dominación explotadora de unas personas sobre otras. La crisis ecológica se desarrolla como resultado de las relaciones desequilibradas que los humanos imponen a la naturaleza. En cualquier caso, el origen tanto de la crisis social como de la ecológica es el mismo. Por tanto, cuando hablamos de un problema ecológico, no estamos hablando de problemas que surgen debido a fenómenos naturales. Los problemas ecológicos son el resultado de acciones perniciosas y destructivas impuestas por el ser humano a la naturaleza. Si se ignoran los problemas ecológicos y los efectos negativos a los que nos enfrentamos actualmente, inevitablemente surgirán problemas mayores y más destructivos que afectarán aún más a nuestros ecosistemas. El efecto invernadero, el deterioro de la capa de ozono, la contaminación del agua y del aire y la extinción de especies son efectos del caos provocado al medio ambiente. Por ello, es necesario que los problemas medioambientales que constituyen la crisis ecológica se resuelvan de forma permanente y fundamental, y no superficial y temporalmente.

El capitalismo provoca la crisis ecológica al utilizar peligrosamente conocimientos científico-técnicos avanzados, interfiriendo directamente en el desarrollo orgánico, con el fin de obtener beneficios ilimitados. Debido a esta intervención, los anillos del mundo orgánico se destruyen cada día más. Por lo tanto, nuestro mundo y toda la humanidad se enfrentan a una crisis medioambiental. Si esto continúa, es sólo cuestión de tiempo que la humanidad acabe en una catástrofe ecológica. Detener esta catástrofe sólo puede lograrse superando el capitalismo.

En consecuencia, lo que hay que buscar hoy no es la reducción de esta crisis, sino su solución radical. Por esta razón, la 'Semana Internacional del Medio Ambiente' hoy no debe consistir únicamente en concienciar sobre la crisis medioambiental, ya que este enfoque simplifica el problema. La raíz del problema se remonta a los inicios de la civilización. En las primeras sociedades humanas, no había conflicto entre civilización y mundo natural. Por eso, cuando nos referimos al periodo anterior a la civilización como la etapa de la sociedad natural, estamos hablando de una vida en armonía con el mundo natural. Esta vida social, en la que el mundo natural es la única fuente de vida, no es jerárquica y centralizada, y se desarrolla con diversidad y complementariedad. Pero en la época en que vivimos, se ha olvidado que el ser humano forma parte de la naturaleza, y nunca se cuestiona su modo de vida. Hoy, la especie llamada humana no vive en armonía con la naturaleza.

La historia de la civilización desarrollada con este paradigma ha sido sangrienta y destructiva. Bajo el capitalismo, la destrucción ecológica se ha acelerado. Aunque toda la historia de la civilización ha estado marcada por las dimensiones psicológicas de la destrucción ecológica, en ninguna época los seres humanos se han opuesto tanto al mundo natural y social como en la modernidad capitalista. Lo que debemos cuestionar es la mentalidad del capitalismo. Hasta que no se comprenda esta mentalidad mundial, no podremos explicar adecuadamente por qué los problemas medioambientales experimentados han llegado a ser tan graves. La mentalidad del capitalismo, la lucha entre la sociedad y la naturaleza, la lucha de todos contra todos, ha provocado el avance de los problemas medioambientales. El robo y la explotación de los recursos naturales se ha convertido en la única fuente válida de poder del mercado y de la vida social. Esta mentalidad sólo tiene un objetivo: la acumulación ilimitada de capital basada en la ley del máximo beneficio. Sin duda, para que exista el capital ilimitado, los recursos naturales se consumen de forma incontrolada.

Por supuesto, el coste de esta ecuación de acumulación-consumo ilimitado, que ha dominado nuestro mundo durante los últimos cuatro siglos, es inmenso. En los dos últimos siglos, el industrialismo, ideología desarrollada por el capitalismo como explotación de la ciencia y la tecnología, se ha convertido en una bestia devoradora del medio ambiente. Al descuidar las necesidades sociales y medioambientales en aras del beneficio y la acumulación de capital, la revolución industrial se ha convertido en una contrarrevolución contra el medio ambiente y la sociedad en manos del capitalismo.

Mientras que el hombre con su socialidad era una parte indispensable de la naturaleza, este proceso terminó desgraciadamente con la dominación del hombre sobre el hombre y del hombre sobre la naturaleza. Además, nuestro mundo es el producto del desarrollo del mundo de plantas y animales en un entorno natural muy delicadamente dispuesto. Pero es lamentable que la gente muestre la mayor falta de conciencia y moralidad contra la naturaleza, mientras que la naturaleza tiene razón, conciencia y moralidad. Creemos que el sistema jerárquico de la civilización estatal-patriarcal ha causado este fenómeno y ha perturbado el equilibrio natural. Creemos en un enfoque que proteja la existencia de la naturaleza en forma de protección del derecho a la vida de todos los seres vivos del mundo y que actúe sobre la base de la igualdad. Hoy hablamos de cómo la diversidad de la vida, que se ha logrado como resultado de miles de millones de años de desarrollo, disminuye día a día y se destruye fácilmente el equilibrio natural. El hecho de que todas estas situaciones amenacen nuestra existencia demuestra una vez más que el problema no es sólo medioambiental.

También se sabe que la contaminación de la atmósfera causada por el dióxido de carbono (CO2) y otros gases, inducida por el hombre, no podrá limpiarse en miles de años, mientras que la industrialización, ignorando el equilibrio natural, hace inhabitable el medio ambiente con residuos ácidos, químicos líquidos y gaseosos y productos plásticos, que son el resultado de la utilización de la industria petrolera con fines lucrativos. Las botellas de plástico, los gases de los tubos de escape, el humo de las chimeneas de las fábricas y de las centrales térmicas, los residuos químicos de los desagües de las fábricas, las aguas ácidas que fluyen al medio ambiente procedentes de las siderurgias, nos muestran suficientemente cómo los recursos naturales pueden transformarse en resultados perjudiciales para el hombre.

Como consecuencia de ellos, el deterioro del equilibrio ecológico por la aniquilación de muchas especies de plantas y animales ha alcanzado un nivel profundo, y es imposible eliminar estas consecuencias de manera rápida y con medidas limitadas. Por tanto, mientras que en el pasado los problemas medioambientales eran el problema de un número limitado de países industrializados, hoy en día han alcanzado una fase que concierne a todo el mundo.

Por lo tanto, tratar los problemas sólo como cuestiones medioambientales no los resolverá, sino que hay que sensibilizar a individuos y comunidades sobre la existencia natural, la naturaleza finita y el agotamiento de los recursos. Seguir considerando esta cuestión como una actividad más a realizar desde la óptica capitalista, pretendiendo pervivir el sistema creado por esta mentalidad, así como considerar necesario continuar con las actividades habituales, no tendrá éxito.

Hasta que no se eliminen la producción orientada al beneficio y el concepto de propiedad, estas jornadas de sensibilización medioambiental sólo tendrán un valor simbólico y no resolverán radicalmente los problemas del medio ambiente. En otras palabras, para desarrollar el acercamiento a la naturaleza y reducir la alienación de ella, es preciso realizar un esfuerzo sobre la base de un nuevo enfoque moral y consciente en las relaciones interpersonales. La lucha desde lo más pequeño a lo más universal y la superación de los errores que son el legado negativo de la historia de las civilizaciones clasistas, deben ser extensas y profundas. Es necesario desarrollar una iniciativa sin tener en cuenta si los problemas son pequeños o grandes, sino desarrollar una sensibilidad hacia la vida ecológica desde sus cimientos apoyando enfoques incentivadores."