Publicamos un análisis de Tuncay Yılmaz,  copresidente fundador del SYKP (Partido de la Refundación Socialista).

Con el tiempo se irán aclarando los detalles, pero es probable que la decisión de derrocar a Asad haya sido tomada conjuntamente por Trump y Putin. Por supuesto, otras potencias como Turquía e Israel, que buscaban ese resultado, también formaban parte de la ecuación, pero esas aspiraciones se materializaron como resultado de un acuerdo entre las dos principales fuerzas sobre el territorio.

Durante las elecciones estadounidenses, la promesa de campaña de Trump fue“no iniciaré guerras, sino que las terminaré” no se refería a Siria, sino a Ucrania. Los acontecimientos en Siria parecen ser el precio que hay que pagar por poner fin a la guerra entre Ucrania y Rusia, y la caída de Assad se ha convertido en un detalle menor dentro del “panorama general”.

Probablemente Trump convenció a Putin de que renunciara a Siria a cambio de sacar a Rusia del atolladero de Ucrania. Siria sería rediseñada según las preferencias de Estados Unidos (y la seguridad de Israel desempeñaría un papel decisivo en el nuevo diseño de Siria) y, a cambio, Putin conservaría los territorios ganados en Ucrania, poniendo fin a la guerra entre Ucrania y Rusia.

Pero el panorama general no termina allí: hay más.

Separación de Rusia de la OCS

El mayor adversario de Estados Unidos, representado por Trump, es el Estado chino y su economía. La guerra que definirá el futuro de Estados Unidos no es contra Rusia, Irán o Siria. Cuando los rápidos avances de China en tecnología de producción, su potencial de mano de obra barata y su capacidad para conseguir minerales y recursos energéticos valiosos en todo el mundo converjan con el proyecto "One Belt, One Road (OBOR)", será casi imposible para el capital estadounidense competir con el capital chino. Toda la estrategia de Trump y del capital estadounidense se construye y se desarrolla con esta visión en mente.

Desde esta perspectiva, no es difícil ver que Trump quiere sacar a Putin (y a Rusia) de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), centrada en China. Trump probablemente está tratando de convencer a Putin de que “sea inteligente” y separe a Rusia del bloque oriental, acercándose al bloque occidental.

¿Por qué Putin no renunciaría a Assad a cambio de resolver el problema de Ucrania sin dar marcha atrás y reabrir las rutas comerciales con Europa?

Antes de la guerra entre Rusia y Ucrania, el flujo de gas ruso a la UE era de unos 200.000 millones de metros cúbicos. Después de la guerra, esta cifra se redujo a 28.300 millones de metros cúbicos. Aparte de otros rubros comerciales, Rusia podría ganar 300.000 millones de euros (a precios actuales) sólo con la venta de gas natural.

Si el plan de Trump tiene éxito, Rusia será readmitida en el "club de los ricos occidentales", aunque al mismo tiempo quedará distanciada de su alianza con China.

Neutralizar y paralizar a Irán

En este compromiso, ni siquiera se hablaría de la “venta” de Assad y de la entrega de Siria a la banda HTS, apoyada por Estados Unidos. De hecho, HTS y grupos similares, que habían estado acorralados en Idlib y habían perdido territorio durante 14 años, lograron controlar todas las zonas bajo el régimen de Assad (excepto la franja costera del Mediterráneo) en 14 días.

Con el "Nuevo Plan Siria", Trump se propuso principalmente romper el eje chiita de Irán, cortando sus brazos que se extendían a Israel y al resto de Oriente Medio. Parece haberlo logrado, al menos por ahora, en Siria, como ya lo había hecho antes en Líbano. El próximo paso probablemente consistirá en desmantelar las Fuerzas Populares de Militancia en Irak y neutralizar a los hutíes en Yemen.

La operación estadounidense “Nueva Siria” busca estrechar el cerco en torno a Irán, primero volviéndolo ineficaz en la región y luego desencadenando dinámicas internas y externas para derrocar al régimen iraní.

Cabe recordar que en 2021 Irán firmó un "Acuerdo de Asociación Estratégica Integral" con China por 25 años. Según informes de la época, China invertiría 400.000 millones de dólares durante ese período para modernizar la infraestructura petroquímica, de transporte y de fabricación de Irán a cambio de suministros regulares de petróleo barato. La revitalización del proyecto One Belt, One Road formaba parte del acuerdo.

Una Rusia separada de la OCS y distanciada de China (que ya enfrenta muchas tensiones internas) y un Irán cuya influencia regional está disminuida y potencialmente enfrentando un cambio de régimen, serían movimientos muy calculados para debilitar a China, el principal rival de Estados Unidos.

La acción contra Rusia perturbaría el plan del "Cinturón" de China a través de Mongolia, y la acción contra Siria-Irán descarrilaría el plan de la "Ruta" a través del Mediterráneo y el Cáucaso.

El cerco y el confinamiento de China en Asia

De esta manera, las rutas de suministro de energía, los cinturones y los puentes quedarían bajo el control de Estados Unidos y sus aliados occidentales. Con acciones contra Rusia y China en Asia occidental, y junto con Japón en el Pacífico, una China sitiada primero se vería confinada en Asia y luego se harían esfuerzos para desmantelarla.

La alternativa al Proyecto Una Franja y Una Ruta —el Corredor Económico India-Medio Oriente-Europa (IMEC)— ya ha sido anunciada.

Tras el colapso de la Unión Soviética, el "Nuevo Plan para Oriente Medio" de Estados Unidos, impulsado por la codicia, dejó tras de sí millones de muertos y heridos, destruyó ciudades, desplazó a personas y devastó el patrimonio histórico y cultural de la región. Lamentablemente, el "Plan para Oriente Medio más reciente", lanzado por las operaciones genocidas de Israel en Gaza, creará un panorama similar.

No es realista esperar que el Israel liderado por Netanyahu, los remanentes de HTS, las bandas SMO respaldadas por Turquía, Erdoğan y la Turquía liderada por Bahçeli, que se esfuerzan por aplastar a Rojava (el oasis de la democracia en Medio Oriente), y los Estados Unidos, que los apoya a todos, traigan paz y estabilidad a Medio Oriente.