Los miembros de la comunidad Mazhauga se reunieron en la Casa del Pueblo de Ciudad de México y mantuvieron un debate durante todo el día leyendo una parte de las evaluaciones de Abdullah Öcalan sobre una nación democrática bajo el lema "Las ideas no pueden ser encarceladas".
Al final del debate, los miembros de la comunidad organizaron un ritual para todos los pueblos que resisten y los presos y presas políticos. A continuación, exigieron la libertad de todos los presos, especialmente del líder popular kurdo que lleva preso desde 1999 y desde hace tres años no se le permite reunirse ni mantener ningún tipo de contacto con sus familiares y abogados, hasta el punto de no saberse nada sobre su estado de salud, tanto en su propio idioma como en español.
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