Bachelet criticó el 'racismo estructural' en Estados Unidos

El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, prometió ordenar una ofensiva militar contra las protestas violentas generalizadas de una vez en una generación y rechazó las críticas sobre su uso de la fuerza para romper una manifestación pacífica.

El miércoles 3 de junio la jefa de derechos humanos de la ONU denunció el "racismo estructural" en Estados Unidos y expresó estar alarmada por el "ataque sin precedentes" contra periodistas que cubrían protestas en todo el país después de la muerte de George Floyd a manos de la policía de Mineapolis.

Michelle Bachelet insistió en que las quejas en el corazón de las protestas que han estallado en cientos de ciudades de los EE. UU. deben ser escuchadas y abordadas para que el país avance: "Es necesario escuchar las voces que piden el fin de los asesinatos de afroamericanos desarmados", expresó la representante de derechos humanos de la ONU.

Los comentarios de Bachellet llegan en un contexto en que miles de personas en los Estados Unidos desafiaron los toques de queda en otra noche de manifestaciones contra el racismo policial, luego de la muerte de Floyd, un afroamericano que dejó de respirar cuando un oficial de policía lo asfixió colocando su rodilla en la nuca contra el asfalto y todo quedo registrado por una cámara.

Bachelet enfatizó la necesidad de un liderazgo claro y constructivo para llevar al país en este momento de crisis.

"Especialmente durante una crisis, un país necesita que sus líderes condenen el racismo de manera inequívoca; para que reflexionen sobre lo que ha llevado a la gente al punto de ebullición; para escuchar y aprender; y para tomar medidas que realmente aborden las desigualdades", dijo Bachellet.

Mientras tanto, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha rechazado el rol presidencial de sanador en la crisis. Se ha comprometido a ordenar una ofensiva militar contra las protestas generalizadas y ha rechazado las críticas sobre su uso de la fuerza para romper una manifestación pacífica.

La declaración de la oficina de derechos humanos de las Naciones Unidas el miércoles señaló "informes creíbles de uso innecesario y desproporcionado de la fuerza por parte de agentes de la ley" durante las protestas.

Ataques a periodistas

Se han disparado gases lacrimógenos y balas de goma, así como bolas de pimienta contra manifestantes y periodistas "que no representaban una amenaza inminente de lesiones graves", denunció Bachellet, quien además expresó con particular alarma los informes de que al menos 200 periodistas habían sido atacados o arrestados mientras cubrían las protestas, a pesar de tener credenciales de prensa claramente visibles.

"Lo que ha estado sucediendo es un ataque a la prensa sin precedentes", dijo la representante de la ONU, y señaló que "en algunos casos han sido atacados o incluso arrestados mientras estaban dando noticias en vivo".

"Es aún más impactante dado que la libertad de expresión y de los medios de comunicación son principios fundamentales en los Estados Unidos, y para la identidad de un país", destacó la Alta Comisionada de Derechos Humanos para las Naciones Unidas y agregó que "Los periodistas deben poder realizar su importante trabajo sin ataques ni represión".

Bachelet también pidió a los manifestantes que se abstengan de la violencia, lamentando que varias personas, incluido un agente de la ley federal, murieron en los disturbios, mientras que docenas resultaron heridas y numerosas propiedades fueron destruidas: "La violencia, el saqueo y la destrucción de propiedades y vecindarios no resolverán el problema de la brutalidad policial y la discriminación arraigada", dijo, y expresó su profunda preocupación por las declaraciones que buscan etiquetar a los manifestantes como terroristas.

"No puede haber ninguna duda sobre qué o quién está 'detrás' de estas protestas", dijo Bachelet, señalando que "hemos visto miles y miles de manifestantes pacíficos, de diversos orígenes, que salen a las calles para exigir sus derechos y llamar al cambio".

Bachellet reconoció que el "racismo estructural y la violencia policial" se encuentran en todo el mundo, pero advirtió que "la ira que hemos visto en los EE. UU., en erupción a medida que Covid-19 expone deslumbrantes desigualdades en la sociedad, muestra por qué se necesitan reformas de gran alcance y un diálogo inclusivo para romper el ciclo de impunidad por asesinatos ilegales por parte de la policía".