Reino Unido debe “actuar ya” para evitar otro baño de sangre turco, dijo ayer Peace in Kudistan (PIK) pidiendo una actuación inmediata ante la nueva ofensiva de Ankara contra los kurdos en Garê.
PIK, con sede en Reino Unido, ha advertido que si no se toman medidas urgentes habrá que lamentar más sufrimiento y “una enorme pérdida de vidas”.
PIK acusa al gobierno del Reino Unido, a la UE y a los EE. UU. “de sostener una política estatal turca que lleva muerte y destrucción a los kurdos y a los pueblos de Oriente Medio”.
En el comunicado, PIK señala: “Este apoyo tácito repercutirá, sin duda, en los propios ciudadanos de Europa, como hemos visto a través del apoyo turco a los yihadistas y a las organizaciones fascistas que utiliza como auxiliares para cometer atentados terroristas y hacer la guerra”.
Turquía lanzó su tan esperada invasión militar contra el Kurdistán iraquí en la madrugada del martes, y lo hizo con aviones de combate y drones que bombardearon pueblos de la región montañosa de Gare.
Los soldados turcos también se han movilizado por tierra para una invasión terrestre, y actualmente se están enfrentando a los guerrilleros del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que luchan para repeler a las fuerzas invasoras.
El Ministerio de Defensa turco dijo que había lanzado la operación ‘Garra de Águila 2’ para “neutralizar al PKK y a otros elementos terroristas en el norte de Irak”.
Este ataque se produce justo un mes después de que el ministro de Defensa, Hulusi Akar, visitara Bagdad y la ciudad de Erbil, capital regional, controlada por el Partido Democrático del Kurdistán (PDK).
“La cooperación y la coordinación contra el PKK son muy importantes. Estamos dispuestos a toda la coordinación posible con Irak”, dijo Akar durante su visita.
Los EE. UU. han presionado a Bagdad y Erbil para que colaboren con Irán en operaciones conjuntas contra el PKK, y el líder del PDK, Masoud Barzani, lleva agitando esta guerra desde noviembre del año pasado.
La última agresión turca se produjo justo un día después de que el alcalde no electo de Shengal (Sinjar), el lugar del genocidio yazidí de 2014 a manos del ISIS, pidiera al gobierno iraquí que afirmara el control de la zona y exigiera al PKK que se fuera, con la amenaza de Turquía de invadirla.
Todo esto parte de un plan a más largo plazo para crear un denominado corredor suní que separe a los kurdos progresistas de Rojava de sus aliados en el Kurdistán iraquí e Irán.
“El gobierno turco pretende destruir toda manifestación de los kurdos hasta someterlos totalmente o aniquilarlos.
El presidente Erdogan ha rechazado cada intento por dar con una solución pacífica a la cuestión kurda en Oriente Medio, eligiendo la respuesta militar. Las consecuencias son el sufrimiento y un gran número de vidas”, continúa el comunicado.
PIK insiste en que este expansionismo militar no podría tener lugar sin la connivencia de la OTAN, los EE. UU. y el Reino Unido, que siguen vendiendo armas a Turquía a pesar de las acusaciones de crímenes de guerra en Rojava y contra los kurdos dentro de sus propias fronteras.
Turquía sigue siendo un “mercado prioritario” para la exportación de armas del gobierno británico. El mes pasado, ANF informó de una historia secreta de seis años de suministro de tecnología militar por parte del Reino Unido a Turquía que alimentó su ascenso a superpotencia mundial de aviones no tripulados con la producción y venta de equipos necesarios para el disparo de misiles.
“Deben adoptarse medidas políticas, diplomáticas y económicas contra el gobierno turco para poner fin a su implacable y creciente violencia", finaliza el comunicado de PIK. “El primer paso debe ser obligar al gobierno turco a negociar con los kurdos y su líder encarcelado, Abdullah Öcalan. El Reino Unido, la UE, los EE. UU. y la OTAN deberían haber actuado hace años, antes de que esta monstruosidad pudiera crecer e infligir el daño que ha hecho: actúen ya”.
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