El informe, que se preparó como resultado de las visitas y exámenes realizados por la delegación de abogados y defensores de los derechos humanos a varios cementerios el 28 de mayo, también incluía entrevistas con las familias.

Tras las reuniones con las familias, la delegación pasó a observar las lápidas destruidas en Şarbazar (Şehripazar), Panî (Taşlıçay) y Soskên (Keklikova), en el distrito de Erciş, Van.

En el informe se podía leer: "Según las declaraciones de los familiares, se determinó que el personal militar que llevó a cabo la destrucción de las lápidas tenía una actitud amenazadora con las familias".

En el informe también se enumeraban las siguientes observaciones: "Se ha determinado que las familias son castigadas por las fuerzas del orden del Estado mediante la destrucción de las lápidas, la ruptura de los portadores del Corán, etc. sin razones legales y en contra de los valores humanos más básicos.

Afirman que los símbolos de las tumbas son "propaganda de una organización ilegal".

Por lo que se conoce, tanto en la ley local como en la internacional, no hay normas para los símbolos permitidos en los cementerios, el lenguaje usado en la lápida y temas relacionados. A menos que no se hieran los sentimientos espirituales de la sociedad, puede ponerse cualquier símbolos en las tumbas. Muchas lápidas contienen escritos y poemas en diferentes alfabetos y lenguajes, algunas tumbas tienen monumentos y esculturas".

En el informe se señalaba que "los cementerios y las tumbas son espacios privados para los parientes y las familias y cualquier intervención en estas debe hacerse en el marco de las leyes y los acuerdos internacionales, y cualquier otra intervención será ilegal y constituirá un motivo de violación de los derechos básicos".