Las tensiones entre el gobierno turco y la Comisión Europea se agudizaron luego del desprecio que sufrió la presidenta Ursula von der Leyen, quien fue obligada a sentarse lejos del presidente turco. Recep Tayyip Erdogan optó por sentar a su lado a un oficial de idéntico rango que la alemana y a ella en un sillón apartado, lo que fue considerado como un acto premeditadamente machista.

La acción, que fue criticada en las redes sociales bajo el #ehm, se dio en la reunión que mantuvieron en Ankara y la respuesta de von der Leyen fue introducir en la agenda los derechos de la mujeres y la salida del gobierno turco del Convenio de Estambul.

Desde la Comisión Europea, el vocero Eric Mamer explicó: “La presidenta (von der Leyen) estaba claramente sorprendida, y eso se puede ver en el video, pero permítanme aclarar que, por muy sorprendida que se haya sentido, eligió -y creo que fue el enfoque correcto- priorizar la sustancia sobre las cuestiones de forma o protocolo, y eso es ciertamente lo que los ciudadanos europeos habrían esperado de ella. No es mi trabajo juzgar qué hay detrás del hecho de que le ofrecieran un tipo de asiento sobre otro”.

El portavoz destacó que lo sucedido fue utilizado por von der Leyen para insistir en “la retirada de Turquía del Convenio de Estambul y los derechos de las mujeres. La presidenta de la Comisión discutió sobre todas las áreas de cooperación con Turquía de forma extensa, y pudo expresarse extensamente en la conversación. La mejor respuesta que puedes dar en estos casos es lo que ella hizo: permanecer en la reunión y participar con su protagonismo”.

La visita de la presidenta de la Comisión Europea y del presidente del Consejo Europeo Charles Michel ocurre poco después de que líderes de la UE accedieron a ofrecer incentivos a Turquía pese a retrocesos del país en democracia, derechos humanos y las disputas marítimas en el Mediterráneo por el tema energético.