El presidente ruso, Vladimir Putin, el presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan, y su homólogo iraní, Hasan Rouhani, se reunieron en Ankara para una cumbre por el tema en Siria.

La triple cumbre ha sido la segunda realizada en los últimos 6 meses. El presidente turco fue anfitrión de los aliados del régimen de Damasco, Putin y Rouhani. El futuro de Siria será discutido en la cumbre.

La cumbre es una continuación de las conversaciones de Astana, que se iniciaron en enero de 2017 y concluyeron con un acuerdo de la creación de cuatro áreas, denominadas zonas de exclusión. Y, aún con estas conversaciones, la invasión de Siria por el estado turco fue aprobada en ese marco. Después de la invasión a lo largo de la línea Bab y Jarablus, los ataques de invasión contra Afrin comenzaron el pasado 20 de enero.

La cumbre en Ankara ocurrió después de que el centro de la ciudad de Afrin fuera invadido el 18 de marzo, y Ghouta fuera tomada bajo control por las fuerzas del régimen, respaldadas por Rusia. Los ataques aéreos continúan en la región de Idlib.

Según el periódico Le Figaro, una fuente oficial turca dijo que la formación de un comité constitucional también estará en la agenda. Este tema se planteó durante la cumbre de Sochi, pero siguió siendo infructuoso. El comité en cuestión debía tener 150 miembros, con Rusia, Irán y Turquía, todos ofreciendo 50 nombres.

Elizabeth Teoman, experta en el Instituto para el Estudio de la Guerra, dijo: "El Proceso de Astaná es una oportunidad para que Turquía, Rusia e Irán administren la guerra y la utilicen para sus diversos intereses".

Turquía está planeando cambiar la composición demográfica de las áreas que invadieron y establecer alli bandas leales a ellos. Aunque Rusia dice que el proceso de Astana no es una alternativa a las conversaciones de Ginebra, ninguna forma de negociación ha traído una solución pacífica, por el contrario, ambos han profundizado la insolubilidad. Además, los kurdos fueron excluidos de ambos procesos.