El invierno amenaza a refugiados en Washokani, Heseke

Para las personas desplazadas en el norte y este de Siria, el invierno es una tortura: muchas carpas donde han buscado refugio, ya se han derrumbado debido a la lluvia y el viento.

En vista de la difícil situación de miles de desplazados internos de las zonas de ocupación turcas del norte de Siria, por las lluvias frías y nevadas, los refugiados en el campamento de Washokani cerca de Hesekê piden ayuda inmediata a la comunidad internacional. El invierno ha comenzado y pone en peligro la vida, ya que muchas carpas ya se han derrumbado por la lluvia.

El campamento Washokani, creado por la administración autónoma del norte y este de Siria, ahora alberga a casi 4,000 personas que huyeron de las tropas de ocupación turcas de Serêkaniyê (Ras al-Ain) y Girê Spî (Tall Abyad). La única organización que, con sus posibilidades limitadas, atiende las necesidades de las personas en el campamento es la Media Luna Roja Kurda (Heyva Sor a Kurd). El apoyo de las organizaciones de ayuda internacional aún no ha llegado a Washokani. En vista de los miles de recién llegados, se necesita con urgencia la ayuda de organizaciones internacionales.

Los residentes del campo critican el hecho de que la comunidad internacional solo está observando la miseria de los desplazados. Los que estuvieron en el terreno hasta la invasión de Rojava dejaron los territorios autónomos del norte y el este de Siria al comienzo de los ataques, que son contrarios al derecho internacional. La administración del campamento también advierte que la temporada de invierno puede ser mortal, especialmente para los niños y los recién nacidos.

Desde el comienzo de la guerra de ocupación turca en el norte de Siria el 9 de octubre, más de 300,000 personas han tenido que huir de su tierra natal.

Según la Oficina de Servicios Sociales de la Administración Autónoma del Norte y el Este de Siria, 478 civiles fueron martirizados y otros 1.070 resultaron heridos, como resultado de los ataques, mientras que hasta 300.000 fueron desplazados. Muchos de los desplazados internos han huido hacia el sur, quedándose con familiares, en edificios públicos o en campamentos de refugiados.