El Director Ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos, PMA, David Beasley, alertó al Consejo de Seguridad de la ONU con una declaración de la posibilidad real de una enorme hambruna que afectará en los próximos meses a unos 135 millones de personas. 

A ellos, dijo, "hay que añadir, según las previsiones del PMA, otros 130 millones de seres humanos que sufrirán hambre como consecuencia directa de la actual pandemia de coronavirus".

Las regiones que se verían afectadas se encuentran, por supuesto, en el tercer mundo donde se acumulan viejos problemas como los desplazamientos forzados por conflictos y desastres naturales.

El informe presentado por David Beasley cita entre los países que se verán más afectados a Yemen, la República Democrática del Congo, Afganistán, Sudán del Sur, Siria y Haití.

En el alarmante informe del PMA se afirma que "Si no podemos llegar a estas personas con la ayuda vital que necesitan, nuestro análisis muestra que 300.000 personas podrían morir de hambre cada día durante un período de tres meses". Una previsión que no incluye a los afectados por el coronavirus.

Por su parte, Arif Husain, economista jefe del PMA, estimó que este año la agencia necesitará 12.000 millones de dólares, frente a los 8.300 del año pasado, para hacer frente a la grave situación que están a punto de afrontar.