Detrás de las siglas PESCO (Cooperación Estructurada Permanente) se esconde un proyecto con el objetivo a largo plazo para construir un ejército de la UE.

La PESCO consiste en una política de defensa coordinada y en la ejecución conjunta de proyectos de armamento. 24 Estados de la UE se unieron para establecer este acuerdo en 2017. A propuesta de Alemania, en noviembre de 2020 se aprobó la participación de terceros países en proyectos individuales.

Hace 11 días, EE. UU., Noruega y Canadá se convirtieron en los primeros terceros países en participar en proyectos de la PESCO. Ahora se ha anunciado que Turquía también intenta seguir el ejemplo y aspira a una participación de mil millones de dólares en un proyecto de la PESCO para ganar más influencia en la UE.

A pesar de la escalada de la política bélica turca, la UE lleva meses apostando por un acercamiento con Turquía. Las pretensiones expansionistas de Turquía en el Mediterráneo oriental le sirven de moneda de cambio para obtener concesiones.

Al parecer, Ankara ha solicitado adherirse a un proyecto de transporte de tropas y material dentro de la UE. El Ministerio de Defensa de los Países Bajos habría recibido dicha solicitud. “Círculos diplomáticos” no especificados han acogido con satisfacción la solicitud de Turquía: “Esperamos que la posible cooperación de Turquía en la PESCO no sólo mejore la cooperación entre la UE y la OTAN, sino que también normalice las relaciones entre Turquía y Chipre o Grecia”. Turquía intenta utilizar este “acercamiento” como herramienta de presión para permitir una mayor integración en la UE. Todavía no hay comentarios oficiales sobre su solicitud.