El trabajo estacional en Turquía es inhumano y peligroso

Asrın Keleş, de la Comisión de Ecología del HDK, describe las condiciones inhumanas y potencialmente mortales de los trabajadores de la cosecha en Turquía.

Los trabajadores estacionales viven en condiciones muy difíciles en Turquía. Según la información de Asrın Keleş de la Comisión de Ecología del Congreso Democrático de los Pueblos (HDK), el 45% de los trabajadores de la cosecha estacional provienen del norte de Kurdistán. "Esto es migración laboral", dice Keleş y explica: "Sobre todo, los trabajadores no tienen un alojamiento en condiciones dignas. Viven en las ciudades de tiendas de campaña, en condiciones poco higiénicas e insalubres. Pero este es solo un problema de muchos. Por ejemplo, hay problemas de salud debido a los productos químicos utilizados. Es particularmente malo para las mujeres y los niños. Harvester es la última profesión que desean las personas en Turquía. Tienen que trabajar por un salario muy bajo en condiciones inhumanas, los ingresos siguen por debajo de la línea de pobreza".

Sin electricidad ni agua

El mayor problema para los trabajadores de campo es como sobrevivir, indica Keleş: "La política no se preocupa por los trabajadores de la cosecha. Nadie dice nada al respecto, nadie quiere saber acerca de sus dificultades. Incluso en condiciones normales viven en un ambiente antihigiénico, ahora tienen que luchar contra la pandemia. Esto les ha hecho la vida aún más difícil. Por ejemplo, últimamente ha habido muchos casos de diarrea. Si no hay electricidad ni agua, no puede haber higiene. Se alienta a las personas a cumplir reglas de distanciamiento social, pero hasta 17 personas viven en una tienda de campaña y el mismo inodoro es utilizado por al menos 50 personas. La higiene no es posible".

Hacer cumplir los derechos a través de la lucha organizada

Asrın Keleş, de la Comisión de Ecología HDK, dice que cada una de las 81 provincias de Turquía debería atraer la fuerza laboral local necesaria: "Se debe construir un alojamiento decente cerca de los lugares de trabajo. En lugar de alentar la migración laboral, cada provincia debe asegurar su propia fuerza laboral. Nadie debería verse obligado a ir a Ankara desde Urfa, por ejemplo, para trabajar. Se deben encontrar soluciones políticas para los trabajadores estacionales. Para los trabajadores que son explotados en Turquía y en todo el mundo y que realizan trabajos forzados, debemos trabajar juntos. Estoy convencido de que podemos hacer valer nuestros derechos si luchamos por ellos de manera organizada".