Quienes han perdido sus empleos atraviesan ahora un momento difícil por culpa de las hipotecas y préstamos que habían adquirido. En Turquía, como en el resto del mundo, las medidas tomadas contra el Covid-19 incluyen días de confiminamiento.

Muchas personas quedaron desempleadas como consecuencia de estas medidas que a menudo no estaban respaldadas por beneficios económicos alternativos. 

En la ciudad de Van se registró un aumento del número de casos de coronavirus por el hecho de estar en la frontera con Irán (y por lo tanto tener una afluencia de refugiados que a menudo no se somen a pruebas) como por ser el destino de muchas personas procedentes de grandes ciudades.

Decenas pueblos, aldeas, barrios, apartamentos y casas están bajo cuarentena en la ciudad de Van, que tiene una población de 1.200.000. Más de 50.000 personas en Van siguen confinadas. 

El presidente de la Cámara de Distrito de Contadores Públicos Certificados (SMMMO), Ibrahim Şahin, recordó que Van nunca se llegó a recuperar del fuerte terremoto que sufrió en 2011 y que el coronavirus significaba el cierre de ua gran cantidad de tiendas, que apenas habían empezado a trabajar desde que sucedió esta catástrofe.

Şahin declaró que la angustiada economía está atravesando momentos difíciles durante esta pandemia. "La economía nuestra provincia ya experimentaba dificultades en los sectores de servicios, turismo, ganadería, agricultura y hoy se ha paralizado con esta epidemia".

Casi el 90 por ciento de los comerciantes de Van han sido afectados por el coronavirus, dijo Şahin, añadiendo: "Los problemas en la economía de Van aumentarán aún más si esta pandemia continúa. Las verdaderas consecuencias de la crisis serán evidentes una vez que la lucha contra la epidemia haya terminado".