Estrecho de Ormuz: punto crítico del comercio energético mundial

El Estrecho de Ormuz sigue siendo símbolo de seguridad energética a la sombra de las tensiones geopolíticas. Esta vía fluvial, que Irán afirma no poder "controlar", pero sí "desestabilizar", seguirá siendo una prioridad para la diplomacia internacional.

El Estrecho de Ormuz, que Irán ha amenazado con cerrar, destaca como una vía fluvial de vital importancia para el suministro de petróleo y la economía mundial. Este paso estratégico, por el que se transportan entre 17 y 20 millones de barriles de petróleo al día, se ha convertido en un foco de tensiones internacionales y guerras comerciales.

La ruta global del petróleo y el GNL

El Estrecho de Ormuz es una ruta por la que se transporta gran parte de las exportaciones de los principales países productores de petróleo, como Arabia Saudita, Irán, Irak, Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Kuwait. Según datos de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), aproximadamente el 20 % del comercio mundial de petróleo pasa por esta ruta. En particular, los países asiáticos representan el 83 % del petróleo y el 87 % del GNL transportados por esta ruta.

El estrecho, que también es una fuente energética fundamental para China, India, Japón y países europeos, no sólo es vital para la energía, sino también para sectores como los cereales, la electrónica y la automoción.

El factor Irán

Aunque las amenazas ocasionales de Irán de cerrar el estrecho generan preocupación en el ámbito internacional, se enfatiza que esto no es posible por razones técnicas y militares:

Profundidad y anchura:  La profundidad del estrecho en aguas internacionales y sus múltiples carriles dificultan que Irán lo cierre unilateralmente.

Presencia militar internacional:  Fuerzas navales de países como Estados Unidos, Francia e India garantizan la seguridad de la navegación en la región. Una coalición de 34 países con base en Baréin también es un factor de equilibrio crucial.

Sin embargo, el riesgo de sabotaje por parte de entidades como la Guardia Revolucionaria de Irán podría conducir a crisis locales que aumentarían los costos de los seguros y los precios del petróleo.

Impactos económicos y búsquedas alternativas

Los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita intentan reducir su dependencia de Ormuz mediante oleoductos y puertos en el Golfo de Omán. Sin embargo, estos proyectos aún no alcanzan la capacidad del estrecho. Los analistas energéticos advierten que una posible interrupción podría incrementar los precios del petróleo entre 30 y 50 dólares por barril y disparar la inflación mundial. Los expertos también enfatizan que una posible interrupción en el Estrecho de Ormuz podría alterar el equilibrio económico y político no solo en la región, sino también a nivel mundial.

El Estrecho de Ormuz sigue existiendo como símbolo de seguridad energética a la sombra de las tensiones geopolíticas. Esta vía fluvial, que Irán afirma no poder "controlar", pero sí "desestabilizar", seguirá siendo una prioridad absoluta para la diplomacia internacional.