El nivel del agua del río Éufrates baja cada día, especialmente en el lago Éufrates, cuyo nivel ha descendido a 6 metros. Como resultado, el agua potable también se ha contaminado. En respuesta, la Dirección de Aguas de Raqqa está tomando medidas para combatir la contaminación.
Una gran parte de la población de la ciudad de Raqqa y sus alrededores se abastece con el agua del río Éufrates. Tras ser desalinizada, el agua del río se distribuye por toda la ciudad mediante dinamos.
En declaraciones a ANHA, Hisên El Cerceb, copresidente de la Dirección de Aguas de Raqqa, detalló que ha habido una disminución significativa en el caudal del río Éufrates, lo que ha afectado directamente a la calidad del agua potable en Raqqa, y que la tasa de contaminación del agua potable distribuida a los hogares ha aumentado.
Desde 2020, el Estado turco ocupante ha reducido significativamente la cantidad de agua del río Éufrates que debería vertirse al norte de Siria, provocando el descenso y la retirada del nivel del agua en vastas extensiones de tierra. Como resultado, los lagos construidos tras las presas en el norte y el este de Siria han perdido importantes cantidades de sus reservas estratégicas.
Según un informe del Centro Nacional del Agua, la contaminación del agua ha superado el 5 por ciento, lo que ha llevado a la Dirección de Aguas de Raqqa a tomar medidas urgentes para abordar la situación.
Para ello, se ha formado un equipo que trabajará durante la noche para limpiar la red de agua de la ciudad. El objetivo es reducir los niveles de contaminación y lograr una calidad del agua aceptable.
La Dirección planea perforar pozos próximamente. Estos pozos filtrarán la arena de forma natural antes de que el agua llegue a la red hídrica.
La ciudad bombea agua a un ritmo de 12.000 metros cúbicos por segundo. Además de 40 estaciones de bombeo en Raqqa y sus zonas rurales, existen estaciones de apoyo como Bîra El Heşem, Esediyê Wahid, El Meslex y El Cezra.