El Estado turco lleva cuatro meses atacando continuamente la ciudad de Ayn Issa, de importancia estratégica. Aunque las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) han podido repeler los ataques terrestres hasta ahora, no hay remedio contra los proyectiles de artillería, que se disparan principalmente noche tras noche y tienen como objetivo a los civiles. Los ataques matan a civiles y causan graves daños materiales. En particular, las aldeas de Seyda, Muelek, Cehbet, Xalidiyê, Mişrefa y Hoşan son objetivo de las tropas de invasión debido a su ubicación en la carretera internacional M4.

Ehmed Ibrahim Abdulrahim, de doce años, fue asesinado por una granada el martes. Unos días antes, Saddam Ali Al-Hussein, de quince años, y Hamada Ali Muhammad, de doce, fueron asesinados por una granada turca entre Ayn Issa y Girê Spî.

En los últimos cuatro meses, nueve civiles murieron y al menos 16 más resultaron heridos por los ataques y la munición de los ocupantes en la zona de Ayn Issa. Seis pueblos tuvieron que ser abandonados después de que las casas fueran destruidas por las fuerzas invasoras.

Continúan los intensos combates

Mientras tanto, el miércoles por la noche, estallaron fuertes combates en la línea del frente cerca de la aldea de Seyda. Los mercenarios del llamado Ejército Nacional Sirio (SNA) intentaron de nuevo penetrar en las aldeas. Las SDF habrían destruido un vehículo de los milicianos. Al mismo tiempo, las fuerzas invasoras lanzaron un nuevo ataque con fuego de artillería pesada en la región.