Nayrouz Qarmout es una escritora palestina. Nació en la capital siria, Damasco, el 14 de abril de 1984. Refugiada palestina de su pueblo, Deir Sneid (territorios de 1948), vivió en el campamento de refugiados de Yarmouk hasta los 10 años, terminando allí la escuela primaria. Terminó sus estudios en Gaza, donde vive actualmente, ya que regresó a Palestina a finales de 1994, tras el Acuerdo de Paz de Oslo.
ANF se puso en contacto con ella en Gaza, donde vive. Ha vivido el asedio a Gaza en 2014, escribiendo un diario y enviándolo para "sentir que seguía viva", dijo. Hoy es testigo de otra masacre.
En un mensaje de WhatsApp, anoche confirmó que los bombardeos israelíes habían llegado a Gaza Occidental, donde ella vive.
En un mensaje anterior, ayer por la mañana, había escrito: "Es una locura lo que está ocurriendo, esta tarde me quedé dormida del cansancio, no podemos dormir por la noche, bombardeando todo el tiempo las calles las familias bajo los escombros. Pero tenemos que resistir, espero que el alto el fuego llegue pronto".
El siguiente es un texto que Nayrouz Qamrout envió a ANF ayer por la tarde:
La Intifada (Sheikh Jarrah)
En su identidad, la tierra reúne a su gente a la hora de la oración, un culto que mezcla el ritual nacional y el religioso. Sheikh Jarrah ha revelado los problemas en el corazón de Palestina; se ha filtrado en Haifa, Lydda, Majd al-Krum, Rahat, Beersheba, y Jaffa mientras se han levantado al rescate de Gaza, cuya sangre se exprime en el espíritu de Jerusalén. Los campamentos, pueblos y ciudades de Cisjordania gritan al estallar el conflicto en Huwara, Jalamah y Bab al-Zawiya. Las multitudes avanzan hacia las fronteras en Líbano, Siria y Jordania. Irak se levanta; El Cairo vuelve a Egipto.
Sí, los partidos se ponen en marcha, se desencadenan, cuando la voluntad popular clava sus talones en la tierra. Que la juventud valiente forme parte del amanecer del futuro inmediato.
Los valores revolucionarios efectivos se sacuden la llamada de un tiempo que ha cosechado pocas simpatías, o que no puede justificar la existencia de un pueblo en su propia tierra.
Una tierra desgarrada por los asentamientos y el muro, cuyo pueblo ha perdido cualquier atisbo de conciencia frente a un ocupante que practica las más severas formas de discriminación, desplazamiento y persecución racial.
El 15 de mayo de 2021, los componentes de la identidad palestina, en sus formas nacional, política y geográfica, se ven envueltos en levantamientos populares. Eligen sus medios en respuesta a la provocación en el terreno, defendiendo su persona y sus libertades.
La continuación del levantamiento de Sheikh Jarrah -o intifada- subraya una etapa de construcción revolucionaria y democrática para el pueblo palestino, una conexión de lo viejo y lo nuevo con una narrativa histórica firme; enumera las masacres en capítulos que hablan del dolor que enterró la sangre de las víctimas en la memoria de un pueblo que nunca morirá.
Gaza, 16 de mayo de 2021