Grecia impide la entrada de unos 10.000 refugiados de Turquía

El gobierno de Atenas ha anunciado que ha rechazado a unos 10.000 refugiados en su frontera marítima con Turquía. Según las ONG, estas negativas constituyen un retroceso ilegal.

Las autoridades griegas han impedido que miles de migrantes ingresen clandestinamente a Grecia por mar este año, a pesar de la reciente falta de cooperación de la guardia costera turca, según informó el miércoles el ministro de transporte marítimo del país.

Giannis Plakiotakis, cuyo ministerio también está a cargo de la guardia costera, dijo que las llegadas disminuyeron un 84 por ciento desde el 1 de marzo, en comparación con el mismo período del año pasado, mientras que la reducción en el mes de agosto fue de casi el 95 por ciento en comparación con agosto. 2019.

"Desde principios de año se ha impedido la entrada de más de 10.000 personas", dijo Plakiotakis durante una rueda de prensa. Solo en agosto, indicó, "tuvimos 68 casos de prevención y logramos que 3.000 personas no ingresaran a nuestro país".

Tal situación se logró a pesar de que la guardia costera turca hizo caso omiso de los llamamientos de la guardia costera griega para detener a los barcos de migrantes que salen de aguas turcas, destacó Plakiotakis. También acusó a la guardia costera de Turquía de escoltar activamente los barcos hasta el borde de las aguas territoriales griegas: "Hay casos en los que (la guardia costera turca) está acompañando barcos con refugiados y migrantes a nuestras fronteras y ... tratando de crear problemas".

ACNUR, que también criticó a la guardia costera griega, señaló "informes creíbles" según los cuales "se dejaba a la gente a la deriva en el mar durante largos períodos de tiempo en botes de goma a menudo inservibles y superpoblados" y estaba "particularmente preocupado" por los informes de que los refugiados que ya habían llegado las costas griegas en sus barcos fueron "remolcadas de regreso al mar". Según información de la ONU, también hay declaraciones de refugiados de que fueron deportados a Turquía poco después de haber llegado a suelo o aguas territoriales griegas.

Si los migrantes son deportados o rechazados directamente, no tienen la posibilidad de presentar una solicitud de asilo. De esta forma, Grecia no solo viola los derechos humanos, sino también el principio de no devolución del derecho internacional y la prohibición de las deportaciones colectivas. Estas prácticas son ilegales según la Convención Europea de Derechos Humanos y la Convención de Ginebra sobre Refugiados. Con estas acciones, Grecia no solo refugia el derecho de asilo, sino que también los expone a una situación absolutamente inhumana y potencialmente mortal.