Gustavo Petro, ex combatiente rebelde de 62 años edad, sustuirá en la presidencia de Colombia al ultraderechista Iván Duque, quien presidió el país entre 2018 y 2022 y ha acabado perdiendo el apoyo popular.

Petro ha asumido el cargo de cuatro años con el apoyo de una mayoría de izquierdas en el Congreso. Colombia, gobernada por una élite conservadora durante muchos años, se ha convertido así en uno de los muchos países de América Latina que se están inclinando hacia la izquierda.

Llamamiento a los grupos armados

En la ceremonia de investidura, Petro prometió ofrecer “ventajas legales” a los grupos armados que aún están activos en el país si firman un acuerdo de paz con el gobierno. Aunque en 2016 se alcanzó un histórico acuerdo de paz entre el gobierno y el mayor grupo armado del país, las FARC, los conflictos armados continúan.

Un grupo escindido de las FARC continuó la lucha porque el gobierno de derechas no inspiraba confianza e insistía en atacar a la oposición. Otro grupo guerrillero, el ELN, sigue activo. Mientras tanto, las bandas de narcotraficantes se han vuelto más activas en algunas zonas tras la retirada de la guerrilla. El Clan del Golfo, el mayor cártel de la droga del país, se encuentra entre estas bandas de narcotraficantes.

Petro ha ofrecido replantear el fracaso de la política de erradicación de la hoja de coca en colaboración con los Estados Unidos, principal consumidor del producto.

“La guerra antidrogas ha fortalecido a la mafia”

Petro ha dicho que promoverá una “política fuerte de freno al consumo” como en los países desarrollados, y añadió que era “hora de tener una nueva convención internacional que reconozca que la guerra contra las drogas ha fracasado”.

Petro ha revelado que “un millón de latinoamericanos” han sido asesinados durante los cuarenta años de la guerra contra las drogas, y 70.000 estadounidenses mueren “por sobredosis” cada año año.

Colombia es el mayor productor de cocaína del mundo, y su mayor cliente es Estados Unidos. “La guerra contra las drogas ha fortalecido a las mafias y ha debilitado a los Estados”, ha denunciado Petro.

Brecha entre ricos y pobres

El nuevo presidente ha prometido reducir la brecha entre los más ricos y los más pobres mejorando el acceso al crédito, aumentando las ayudas públicas y haciendo hincapié en la educación.

Aunque la economía colombiana volvió a crecer tras la pandemia, la inflación anual se registró en julio en un 10,2%. El desempleo es del 11,7% en el país y el 39% de la población sigue siendo pobre.

En política exterior, Petro se ha comprometido a reactivar las relaciones comerciales y diplomáticas con Venezuela, que permanecen tensas desde 2019.