Los activistas condenaron los ataques de genocidio e invasión del Estado turco contra el Kurdistán y exigieron la liberación del representante kurdo Abdullah Öcalan.

La acción formaba parte de la iniciativa “Bi Hev Re Serhildan” (Rebelión Conjunta) lanzada por las organizaciones juveniles.

En una gran pancarta podía leerse “Bi Hev Re Serhildan”, que fue también gritado durante la protesta.

Los activistas condenaron el fascismo turco e hicieron un llamamiento para una lucha conjunta contra el fascismo.

Durante la marcha, se gritaron eslóganes en apoyo a la resistencia Cenga Heftanîn y contra los ataques de invasión de Turquía, y a favor de la Revolución de Rojava.

Alrededor de 100 jóvenes participaron en la marcha, que contó con el apoyo del Comité de Rojava de Basilea, RJB y Antifa.