Se ha fundado la Coalición contra las Armas Químicas en el Kurdistán para garantizar que se tomen medidas para verificar las graves acusaciones de lo que sería un crimen de guerra.
En la declaración de inauguración, una impresionante lista de firmantes iniciales que incluye a destacados abogados, escritores, sindicalistas, activistas de derechos, académicos y trabajadores comunitarios avalan las demandas y los planes de la campaña.
Aunque el ejército turco tiene fama de ser brutal en sus operaciones contra los kurdos, han surgido informes inquietantes sobre el uso de armas químicas en su última operación, que comenzó el 23 de abril. En la ‘Operación Relámpago’, el ejército turco ha llevado a cabo una invasión terrestre y un bombardeo de la provincia montañosa de Duhok, incluidas zonas civiles, en cuyo transcurso se habrían utilizado sustancias químicas como el fósforo blanco.
Este presunto crimen de guerra exige una investigación independiente. Pero hasta la fecha, las autoridades internacionales encargadas de verificar estos incidentes no han tomado ninguna medida.
La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), organismo oficial de aplicación de la Convención sobre Armas Químicas, no ha realizado ninguna investigación sobre el presunto uso de armas químicas. Por lo tanto, no existe ninguna corroboración independiente de la supuesta violación de la prohibición del uso de armas químicas por parte de Turquía.
La Coalición contra las Armas Químicas en el Kurdistán se ha creado para asegurar que se toman medidas. Como se desprende de los firmantes iniciales de la declaración fundacional, la campaña es una amplia coalición de expertos y activistas que están profundamente preocupados por el uso de armas químicas y por el hecho de que hasta ahora no se haya tomado ninguna medida para verificar lo que puede haber ocurrido exactamente.
La campaña tiene previsto organizar una delegación internacional de alto nivel compuesta por expertos médicos y de otro tipo para que visite la región y reúna las pruebas necesarias. Se reunirá con las personas de la región que fueron víctimas de los ataques y elaborará un informe con sus conclusiones sobre el posible uso de armas químicas para presentarlo ante la opinión pública y la ONU en Ginebra.
Sólo mediante la recogida de muestras para su análisis en condiciones de laboratorio supervisadas se podrán corroborar las acusaciones y aportar la prueba de si el ejército turco ha utilizado realmente armas químicas.
Es necesario que más voces independientes se manifiesten y presionen a la comunidad internacional para que tome medidas para frenar las presuntas violaciones de Turquía. Si se permite que Turquía se salga con la suya, se sentará un precedente que permitirá a otros Estados llevar a cabo violaciones similares en el futuro. El mundo se convertirá en un lugar mucho menos seguro y se erosionarán las garantías legales.
La campaña recuerda a la comunidad internacional que el uso de armas químicas es un crimen de guerra. Por ello, las acusaciones deben ser tratadas con la máxima seriedad y no pueden ser simplemente barridas bajo la alfombra.