"La situación es cada día más grave... está literalmente más allá de la imaginación", sentenció el portavoz de la OMS, Christian Lindmeier, a periodistas en Ginebra.
La Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) anunció en un comunicado el jueves por la tarde que sólo 14 de los 36 hospitales de la Franja de Gaza continúan funcionando tanto como pueden.
"Con niños y personas pidiendo y llorando por agua, estamos en una etapa en la que los suministros básicos más comunes ya no son accesibles", aseguró Lindmeier. Agregó que la disponibilidad actual estimada de agua en Gaza es "uno o dos litros de agua dulce por día para todos los usos, no sólo para beber".
Lindmeier expresó su preocupación afirmando que los residentes locales "comenzaron a talar postes telefónicos para conseguir leña para calentarse y tal vez cocinar", y advirtió que "la civilización está al borde del colapso".
Al señalar que las y los trabajadores de la salud en la Franja de Gaza no tienen suficiente agua y alimentos para continuar su trabajo, Lindmeier informó: "Los pacientes yacen en el suelo cubiertos de sangre y los departamentos de traumatología parecen una zona de guerra".
Un portavoz de la OMS pidió: "Esta persecución debe terminar. Necesitamos un alto el fuego, y lo necesitamos ahora".
Según el Ministerio de Salud de Hamás, 17.177 personas, en su mayoría mujeres y niños, murieron en ataques israelíes en Gaza.
Gran parte de la Franja de Gaza quedó reducida a ruinas. Según la ONU, el 80 por ciento de la población está desplazada y enfrenta escasez de agua, combustible, alimentos y medicinas, así como el riesgo de enfermedades infecciosas.